Calimocho Party

Nuestra particular versión “light” del movimiento conservador que triunfa, de momento, en EE UU, es una amalgama ideológica con curiosas conexiones. El cóctel ultramontano de nacionalismo y valores religiosos del Tea Party tendría aquí menos recorrido. Para triunfar en suelo patrio, por ejemplo, se tendría que desprender de una carga dogmática que en una Europa más liberal se atraganta. Su propuesta de abstinencia sexual -gays y lesbianas otra vez dentro del armario- y, en definitiva, una hipocresía con las partes nobles muy anglosajona, no animaría a subir al autobús a muchos parroquianos.
04 nov 2010 / 17:21 H.
Otra cuestión sería el discurso nacionalista frente al extranjero que, de forma soterrada y tramposa, está con nosotros y, claro está, el descontento con el sistema que el propio entramado se encarga de canalizar. Aquí, sin embargo, el líder del PP, Mariano Rajoy, al que todavía se le espera una idea propia, sostiene que derogaría la ley de matrimonio entre homosexuales. Mientras, ¿en su misma trinchera?, la lideresa madrileña, Esperanza Aguirre, defiende al vendedor de libros Sánchez Dragó por su relaciones con menores. Tiempos difíciles para la moral, la ética y los cursos de formación.
Para los descarriados, "I will survive", pero en la excelente versión del grupo Cake.
Palabra Perdida