Calidad democrática

José Luis Negrillo Fuentes desde Jaén. Los socialistas somos gente comprometida, trabajadora y crítica. Es un contrasentido aprobar en Sevilla las primarias abiertas a la ciudadanía para la elección del candidato a presidente del Gobierno como expresión máxima de la democracia y, al mismo tiempo, negarles a tus militantes la elección directa de sus Secretarios Generales, condenándoles a un voto delegado que se escapa de su control en el mismo momento en que lo emiten y que hace que a los Congresos solo acudan las élites, los aparatos locales, los que parecen querer cambiarlo todo pero en realidad consiguen que nada cambie.

    31 may 2013 / 14:28 H.

    Está claro que algo está cambiando en el PSOE, ya no es ese partido donde grandes líderes carismáticos nos indicaban al grueso de los afiliados, trabajadores, jóvenes y mujeres lo que debíamos hacer. Ahora la militancia está formada e informada y quiere participar y tiene derecho a participar, no solo en debates estériles en las Agrupaciones Locales donde, en algunas, no entra ni el viento, no solo en las redes sociales, sino que podemos llegar a ser determinantes en el futuro del socialismo español, podemos y debemos. Queremos unos estatutos valientes y modernos que den al militante la palabra en todo momento, que cuenten con todos y cada uno de los afiliados y simpatizantes y que no puedan ser utilizados por nadie para su beneficio en detrimento del de todo el colectivo. Eliminando las anticuadas e inoperantes estructuras internas. Corren vientos de cambio en el Partido Socialista Obrero Español, también para España. En un contexto en el que el desempleo y los recortes provocados por la derecha más fascista, después de franco, han cobrado un protagonismo de proporciones históricas, reivindicar una gestión de izquierdas se hace hoy más necesario que nunca. La sociedad española es una de las mayores victimas de entre todas a nivel mundial: condenada a pagar altos precios por su deuda pública, desposeída ya de muchos de los derechos sociales por los que durante tantos años de lucha obrera nos costó conquistar, despojada también de muchos servicios y prestaciones tan propias de las democracias modernas y de nuestro entorno, se encuentran en una encrucijada en la que se juega nada más y nada menos que la supervivencia de su estilo de vida. Un estilo de vida fundado a partir del desarrollo del Estado del Bienestar. El despiece al que este Estado del Bienestar está y estará sometido a lo largo de la presente legislatura dirigida por la derecha del Partido Popular abrirá una etapa de desigualdad que dejará tras de sí una estela de miseria y exclusión social que de hecho ya arrastra a cientos de miles de españoles a la pobreza. Colectivos como los jóvenes que hacen las maletas e inician un éxodo hacia tierras extranjeras en busca de un empleo y una vida mejor y, están protagonizando una de las mayores fugas de cerebros de toda la historia contemporánea. No sólo ellos sino también otros colectivos como nuestros mayores, o aquellos con menos recursos, ven amenazadas sus ya de por sí maltrechas economías domesticas. A esto hay que sumarle la sangría del desempleo. Uno de los pilares básicos de un buena calidad democrática es recuperar el discurso de que el socialismo es ante todo, un pensamiento socioeconómico. El reconocimiento de derechos civiles y el aumento del gasto social que durante los últimos años anteriores a la crisis del 2008 se venía realizando en nuestro país no fue acompañado de un sistema fiscal más progresista encaminado a perdurar en el tiempo y por tanto, a mantener el gasto público que se venía haciendo. La política de despilfarro y endeudamiento masivo a la que la inmensa mayoría de las administraciones públicas de nuestro país se sumó en su momento, la inversión errática y “gratuita”, la especulación, así como la complicidad de los sucesivos gobiernos centrales y autonómicos con la burbuja inmobiliaria. El PSOE, tiene que asumir un discurso renovador, tiene que tomarse este tiempo que viene para coger impulso, revisar sus planteamientos e iniciar una renovación interna que dé paso a caras nuevas que lideren un nuevo modelo de partido con un proyecto de vocación ganadora. A nuevos tiempos, nuevas ideas y a nuevos proyectos, nuevas personas. El PSOE tiene que ser sinónimo de democracia, de participación, de honradez, de ética y de transparencia. Todos aquellos que formen parte del Partido Socialista y que actúen movidos por intereses personales o que desarrollen actividades durante el desempeño de cargo público que sean susceptibles o directamente constitutivas de ello, no pueden tener lugar en el PSOE. Estamos llamados a ser la voz de la gente corriente, y sobre todo los defensores de tantos y tantos españoles que lo están pasando mal. No son pocos aquellos políticos de izquierdas que durante los años de embriaguez económica se olvidaron de defender a los más débiles. Es este el que debe ser nuestro objetivo número uno, defender a los débiles. Son muchas Las Agrupaciones Locales y miles de militantes y simpatizantes que queremos incluir el sistema de elecciones internas, siendo la gran mayoría de estos los que exigimos que sean 1 militante, 1 voto, 1 simpatizante 1 voto: para la elección de todos los cargos a secretario general, desde al Local hasta el Federal y listas cerradas pero desbloqueadas para todas las candidaturas a las elecciones internas, de manera que sean los militantes y simpatizantes los que decidan quiénes ocupen los primeros puestos y quiénes los puestos de no salir en las distintas candidaturas con una composición equilibrada entre hombres y mujeres al 50% con una ordenación mediante el sistema de cremallera. Para candidato a la Presidencia del Gobierno la misma fórmula, es decir: 1 militante, 1 voto, 1 simpatizante censado 1 voto. Estoy en contra de que puedan votar cualquier ciudadano que no tenga nada que ver con el PSOE. Incompatibilidad de cargo institucional y orgánico. Cuando uno es elegido para cargo institucional se debe a todos los ciudadanos. Por el contrario, cuando uno ostenta una responsabilidad orgánica, debe velar por los intereses de los militantes y simpatizantes. Tolerancia cero con la corrupción, en caso de verse implicado en un caso de corrupción la expulsión del partido debe ser la inmediata y el que se vea imputado en un caso de corrupción, suspensión automática de militancia para que demuestre su inocencia. Si es así, readmisión; sino, expulsión definitiva del partido y el partido se presenta como acusación.