Cala: “A este equipo solo le falta coger una racha positiva”
Dejó destellos de calidad desde sus primeras actuaciones en pretemporada, hasta el punto de que la afición del Real Jaén contempló su fichaje como uno de los aciertos del proyecto en ciernes. Meses más tarde, la aportación de Sergio Calatayud, “Cala”, el futbolista que estaba llamado a destapar el tarro de las esencias, se limita a 275 minutos en Liga.
La pareja compuesta por Pablo Ortiz y Óscar Quesada se ha afianzado de forma indiscutible en la medular y cierra las puertas de la titularidad al malagueño, cuya contribución se ha visto reducida a las segundas partes y la Copa Presidente.
Por vez primera en la campaña y doce jornadas después, la más que probable ausencia de Quesada por una torcedura de tobillo entreabre la posibilidad de que Cala se estrene como titular en Liga. “A ningún jugador le gusta entrar por la lesión de un compañero, pero entreno cada día al máximo para estar preparado cuando me llegue la oportunidad. Si juego contra el Villanovense, intentaré hacerlo lo mejor posible”, avanza el centrocampista, a quien —precisamente— una lesión de tobillo le amargó uno de los momentos inolvidables en su carrera deportiva: el debut con el primer equipo del Málaga ante el Real Madrid en el Estadio Santiago Bernabéu. “Jamás me había lesionado el tobillo y lo hago el día menos oportuno”, bromea mientras rememora su fugaz bautismo en Primera.
Por entonces, Cala era una de las joyas de la cantera, pero lo que se intuía como el prólogo de una bonita historia se redujo a dos pretemporadas rodeado por futbolistas consagrados en la actualidad. “En la campaña siguiente a la de mi debut se juntaron Isco, Joaquín y Cazorla. Con esos jugadores era imposible volver a tener oportunidades”, recuerda. Después militó tres temporadas en el Atlético Malagueño y recaló en El Palo tras un paso previo por el Fuenlabrada. No dudó en dar el sí cuando recibió la llamada del Real Jaén. “Es uno de los clubes con más nombre de la categoría y para mí era un salto importante. No me arrepiento. Me encanta la ciudad y el ambiente del vestuario es increíble”, explica en la antesala del partido de mañana (17:00) contra el Villanovense, en el que él intentará lucir su mejor juego si tiene la oportunidad y el equipo luchará por sacarse la espina de la última derrota. “No nos salió nada. Fue uno de esos días malos en los que el rival aprovecha su ocasión y no hay forma de darle la vuelta al partido”, asevera, al tiempo que expresa el deseo de redención de la plantilla: “Estamos con ganas de resarcirnos, pero no será fácil. El rival sabe competir, también necesita ganar y utilizará todas sus armas”. En su opinión, el Real Jaén está capacitado para alcanzar cotas ambiciosas. “A este equipo solo le falta coger una racha positiva para poder engancharnos con los de arriba”, concluye Cala, quien, a sus veinticinco años, pelea por esparcir sus gotas de clase con mayor asiduidad. Su gran oportunidad puede llegar en el Estadio Romero Cuerda.