Cada vez más desperfectos en el Infanta Leonor
Diez años costó hacerlo realidad, y solo seis verlo con un notable aspecto de abandono. La Junta y el Ayuntamiento firmaron un acuerdo para comenzar el proyecto de construcción del Nuevo Teatro Infanta Leonor en 1997, pero no fue hasta 2008 cuando se inauguró. Era el 11 de enero y, para tan magna ocasión, la ciudad recibió por todo lo alto a los Príncipes de Asturias, que valoraron el espacio escénico y prometieron que su hija, que da nombre al teatro, lo visitaría en el futuro. Será mejor que no lo haga ahora mismo, ya que, como puede comprobar cualquier transeúnte, hay muchos desperfectos tanto en la fachada como en la plaza que circunda al edificio y le otorga un sentido estético global.

El principal defecto, y el más visible, son la rotura y el desprendimiento de las grandes baldosas que componen tanto la fachada como el suelo del entorno del teatro. También llama la atención la falta de algunas letras en el cartel que proclama el nombre del espacio, en una de las entradas principales. El PSOE, que gobernaba el Ayuntamiento cuando el teatro fue inaugurado, cifró en dieciocho millones de euros el coste del recinto escénico, muy por encima de lo presupuestado inicialmente y, también, de la última cifra ofrecida por el anterior equipo de Gobierno municipal del PP. El Partido Socialista, ahora desde la oposición, ha criticado, en numerosas ocasiones, el “ruinoso estado” en que se encuentra la plaza donde se ubica el “Infanta Leonor”. A comienzos de este mismo mes la viceportavoz socialista municipal, Carmen Guerrero, calificaba de “abandono indecente” el panorama actual de la zona. “Es un exponente de la decadencia del mantenimiento de la ciudad y de la oferta cultural”, declaró entonces.
El equipo de Gobierno local del Partido Popular, por su parte, asegura que ya se ha hecho una valoración del estado del “Infanta Leonor” y que la Concejalía de Mantenimiento Urbano está pendiente del pedido de los materiales necesarios para hacer el lavado de cara de la plaza y la fachada. Las baldosas utilizadas en la construcción del teatro, al parecer, son muy peculiares y eso implica, por un lado, que resulten difíciles de encontrar y, por otro, que su precio sea bastante elevado.