Bronca para los alcaldes
La Dirección General de Tráfico (DGT) está convencida de que Jaén tiene un grave problema que ha de solucionar. Mientras que en España murieron 36 personas por cada millón de habitantes —esta es la estadística de la Unión Europea que se toma para hacer el cálculo de la seguridad en las carreteras—, en Jaén fallecieron 46 personas.

Por eso, la directora general de la DGT, María Seguí, que ayer visitó la capital para conocer el Centro Operativo de Tráfico, afirma que la mortalidad en las carreteras jiennenses resulta muy preocupante. Dice que España, con 36 muertos por cada millón de habitantes, ha alcanzado los parámetros de la Unión Europea, en los que también están el Reino Unido, Suecia, Dinamarca y Holanda. Además, lo hace 7 años antes de lo previsto. En cambio, la provincia jiennense, con 46 óbitos, está muy lejos de lograrlo.
Por esto, la DGT ha realizado un estudio detallado del Tráfico en la provincia y extrae conclusiones determinantes. María Seguí asegura que el problema no está en los desplazamientos de largo recorrido que discurren por la provincia. Manifiesta que la A-4 y la A-44, que albergan el tránsito de vehículos desde el centro del país hasta otras provincias andaluzas o costeras, han reducido considerablemente los siniestros con víctimas graves o mortales. De ahí que señala que el problema está en las carreteras convencionales y en los propios municipios, que tienen unos parámetros elevados de siniestralidad que hay que erradicar.
María Seguí afirma que solo 39 ayuntamientos de la provincia han firmado un convenio con la DGT para poner en marcha campañas preventivas o controles, pese a que se les ha ofrecido a los 97. No obstante, después de la firma del acuerdo con la Diputación, solo 20 se han quedado fuera. Por otro lado, la DGT explica que existen 64 municipios con Policía Local suficiente para controlar el tráfico. De ahí que insista en que en los cascos urbanos hay poca vigilancia en el uso del cinturón, el consumo de alcohol y drogas o en la colocación de las sillas obligatorias para los menores. Y aquí comenzó la bronca para los alcaldes: “Es muy fácil criticar y muy difícil ser riguroso. Muchos alcaldes creen que los ciudadanos dejarán de quererlos, pero tienen que saber que les hacen un flaco favor. Pido a los regidores que vigilen el uso del cinturón y el consumo de alcohol y de drogas al volante. No se es más bueno cuando se permiten actitudes inseguras al volante porque se obvian conductas que acaban en muerte”. Asimismo, concluye María Seguí: “Las leyes hay que cumplirlas y no caben descuidos. No sirve ser superficialmente bondadosos”. Respecto al mal estado de conservación de algunas de las carreteras de la provincia, María Seguí afirma que el informe de la DGT concluye en que no influyen de forma “determinante” en la accidentalidad.