Borrachos, curas y caimanes, en el anecdotario de un guardia

Esperanza Calzado/Baeza
Cuando un guardia civil se licencia, nadie le explica lo dura que puede ser su profesión en la calle. Esta clase magistral no se imparte en la aulas, como tampoco se enseña la parte más divertida de la profesión. Ahora, un libro recoge, precisamente, las anécdotas vinculadas a un agente.

    25 ene 2011 / 11:57 H.


    La Guardia Civil goza de una imagen estereotipada de ser un Cuerpo rudo, serio y exigente. Sin embargo, la vida diaria de un agente puede llegar a ser muy divertida cuando por el camino se tropieza con curas, caimanes, borrachos e, incluso, con el mismísimo Franco. Estos son algunos de los personajes que aparecen en “Beneméritas anécdotas”, un libro escrito por el Germán Vaquero Santillana, exalumno de la Academia de Guardias y Suboficiales de Baeza y, actualmente, destinado a la Comandancia de Barcelona.
    La publicación, que fue presentada, ayer, en Baeza, recopila una treintena de divertidas experiencias vividas, de primera mano, por el propio autor o relatadas por compañeros de profesión. Así, por ejemplo, y sin llegar a desvelar el contenido del libro, Germán Vaquero narra cómo en su primer día de servicio el primer caso que se le presentó fue el de una persona a la que le dolía mucho la barriga. Anécdotas divertidas como la de un ciudadano que denunció a otro por insultarle y amenazarlo de manera reiterada cuando en realidad el denunciado no podía hablar por tener una discapacidad y, por lo tanto, no pudo hacer la mitad de las acciones de las que se le acusaba.
    “Me he llegado a encontrar personajes tan poco comunes como un duende gigante, un ovni e, incluso, una pareja formada por un cura y una prostituta”, explicaba Vaquero, que no quiso desvelar muchos detalles para no romper el misterio que encierra el libro.
    Pero, ¿cómo surgió la idea? Germán Vaquero nunca pudo llegar a imaginar que las “batallitas” que contaba a sus amigos y familiares cuando volvía a su tierra natal (Sevilla) despertaran tanto interés. Empezó a recopilarlas en un blog que, poco a poco, fue teniendo más visitas, hasta llegar a las veinte mil que tiene actualmente. Así, este lincenciado en Historia apostó por recopilarlas todas en una publicación y, en apenas un mes, obtuvo una propuesta firme de una editorial para sacar a la luz un libro que ayer arrancó las carcajadas de los alumnos de la Academia de la ciudad Patrimonio de la Humanidad.