Blog, Palabra perdida: Dependientes del juzgado
El Ayuntamiento de Jaén cumplió su amenaza y dejó de prestar el servicio de ayuda a domicilio. A las bravas golpeó a la Junta, pero en la cara de los ciudadanos. La dudosa maniobra política pretendía dejar en evidencia la deuda que la Administración andaluza tiene con esta prestación, pero el alcalde no queda en mejor lugar. Si la mesa fuera de billar, pifió la carambola, porque las 422 familias afectadas y las cerca de 200 trabajadoras entienden que al Ayuntamiento le sobra, en todos los sentidos, esta prestación.

No sé si Fernández de Moya está cansado de gestionar tanta ruina o si quiere hacer méritos como “ariete” contra la Junta, en palabras de Mario Jiménez, pero en el fragor de la partida no puede olvidarse de los ciudadanos. Crearles una preocupación añadida está fuera de lugar. Y a carambola errada, taco en guardia. La Fiscalía le recuerda el convenio firmado y la Diputación Provincial emerge para arreglar el siete, aunque sea de manera transitoria. La deuda oscila entre los 400.000 euros que reconoce la Junta y los 800.000 ampliables al millón, según el interlocutor, que especifica el Ayuntamiento. Hasta llegar a los más de dos millones que se adeudan a la empresa, solo la caja única local puede aclarar la diferencia. Pero es que, además, el argumentario se queda hueco cuando en otros servicios como las guarderías municipales se repite la misma mala secuencia. Cierto es que los ayuntamientos gestionan por encima de sus recursos, pero la presión política, la pelea entre administraciones, tiene que tener límites y, en este caso, se ha cruzado un peligroso Rubicón que deja al ciudadano en un desamparo incomprensible. Reclamaba el responsable de la empresa Multiservicios Jabalcuz —con la prudencia del que está bajo fuego cruzado— mayor diálogo y política de altas miras, pero lejos de la mesura nos hemos acostumbrado al navajeo, al griterío, a una pérdida de los modos y las formas. En España todo se dirime ya en los juzgados. Tweets por @JMSerranoAlba