Pendientes del voto

Todas las miradas están puestas en el próximo domingo. Los partidos políticos, grandes y pequeños, vuelcan sus esfuerzos en una fecha por la que vendrá bien pasar para, entre otras cuestiones, fijar posiciones con vistas a otras citas de mayor calado. El primer asalto de un combate que se presagia intenso servirá para que los que se consideran líderes sepan realmente si lo son y los que apuntan maneras pisen suelo para caminar con paso firme hacia el destino de las municipales.

20 may 2014 / 22:00 H.

Cierto es que cada campaña electoral tiene su singularidad, marcada por el imperio de la actualidad. La crisis en la que sigue sumida la provincia nada tiene que ver con la radiografía que había de este mar de olivos en 2009. Una situación económica difícil agravada por políticas impopulares criticadas por unos y alabadas por otros. Ni que decir tiene que, con un panorama tan diferente, lo que ocurra el 25-M será radicalmente distinto a los resultados de hace cinco años. Ahí está el quid de la cuestión y ahí radica el temor del partido que tiene las riendas del poder en el Gobierno de Madrid.
Los analistas dicen que cada organización política afronta esta campaña según su conveniencia. A los grandes, los del bipartidismo, les cuesta sudor y lágrimas salir a la calle, no les interesa el ruido cuando hay tanto estruendo a su alrededor. Ni siquiera les importan las cifras. Antes se les llenaba la boca con los cientos de actos y los miles de euros en gastos. Ahora todo está centralizado en Madrid y desconocen cuánto contenía la hucha cuando la rompieron para gastársela en las europeas.
A los que sí les viene bien armar la marimorena, hacerse visibles a ojos del ciudadano y empatizar con los jiennenses es a los minoritarios. Saben que sujetan la sartén por el mango para empequeñecer a los grandes y tienen asumido que es el momento de zanjar el bipartidismo. Entonan el ahora o nunca con recorridos en bicicleta, “flashmob” en céntricas plazas y fiestas al aire libre con las que buscan la implicación de la gente. Algunos echarán los quince días con apenas mil euros en el bolsillo, discretos fondos recaudados por los propios militantes con microdonaciones que suponen para ellos algo así como tirar la casa por la ventana.
El Boletín Oficial del Estado publicó, el 29 de abril, la proclamación de las treinta y nueve candidaturas que concurren a las elecciones europeas, de las que en Jaén solo hay ocho activas. Tuvieron que reunir, al menos, quince mil firmas de ciudadanos o de cincuenta cargos de representación popular y se vieron obligadas a respetar la igualdad entre hombres y mujeres, un concepto del que, por cierto, se habla sobremanera en los últimos días por culpa de las desafortunadas declaraciones del candidato popular.
Miguel Arias Cañete dijo en un debate televisivo lo que pensaba, algo que, por otra parte, es de agradecer en un personaje político: “El debate entre un hombre y una mujer es muy complicado, si haces un ejercicio de superioridad intelectual parece que eres un machista que está acorralando a una mujer indefensa”. Con esta frase se autorreventó su campaña y fue tan caballero que posiblemente haya hecho a Elena Valenciano el mejor regalo electoral que puede tener una adversaria.
El 25-M está a la vuelta de la esquina. El voto de medio millón de indecisos determinará el futuro de España en Europa. El PSOE y el PP se empeñan en marcar sus diferencias. El resto pretende demostrar que el bipartidismo es un modelo agotado. Todos saben que el domingo se la juegan.

En corto
No es la revolución que se produjo cuando Javier Checa fue elegido alcalde de Torredonjimeno, pero casi. La vuelta al “ruedo” del andalucista empieza a dar que hablar en un municipio en el que todavía es palpable la división ciudadana por motivos políticos. Solo problemas de salud impedirán al incombustible Checa tomar las riendas de un partido que, sin él, se encuentra como un barco a la deriva. La salud y, por supuesto, la inhabilitación para cualquier cargo público, que no expirará hasta finales del próximo año, es decir, unos meses después de la celebración de las elecciones municipales.