Lo prometido es deuda
Granada, la monumental, conservará para siempre entre sus muros milenarios un acontecimiento considerado un antes y un después para la historia de la política. El PSOE, un partido “atado” a Andalucía, renació en un congreso extraordinario en todos los sentidos. Primero, único por el género de la protagonista. Segundo, fuera de lo común por la unidad de sus 'actores'. Y, tercero, ejemplar por la apertura de un relevo generacional con ambiciosas pretensiones de extensión territorial. Un serial de televisión escrito sin retoques y con final feliz en el estreno del primero de sus capítulos.

La “estrella” que se gestó en la Conferencia Política celebrada en Madrid brilló con todo su esplendor en Granada. Susana Díaz deslumbró a los socialistas andaluces y consiguió que su resplandor tuviera un efecto dominó entre los socialistas españoles. Todo fue diferente a otras citas similares relegadas, ahora, a la altura de una zapatilla. Misión imposible encontrar a los diez delegados que votaron en blanco. En un Palacio de Congresos lleno hasta la bandera, ni una voz discordante. Esto no es lo que era. Lejos quedaron aquellos congresos de hirientes titulares en los pasillos. A la historia pasaron tanto cuchillo dialéctico y declaraciones 'off the record'. Acertó José Luis Rodríguez Zapatero con aquello de que la emoción no estaba en el resultado. Todo fue distinto. Hasta el cáterin preparado para los periodistas, antes inexistente en la sala de prensa. Habrá que aprender a digerir el empacho de halagos. La nueva secretaria general del PSOE de Andalucía dejó rendidos a sus pies a presentes y ausentes. El silencio hizo daño en los oídos cuando ella habló. Los objetivos de las cámaras solo tuvieron ojos para ella. José Antonio Griñán quedó en un alejado plano en su despedida. Se comprobó en su discurso. Pocos se movieron de sus reservados asientos hasta que le tocó el turno a él. Entonces llegó el tumulto de idas y venidas hacia un merecido descanso después de tanta lección de amor. Hasta el descafeinado Zapatero, al que no le salía la voz del cuerpo, logró centrar las atenciones. Pero el expresidente de la Junta no contó con el tirón del que gozó cuando le perteneció el poder.
El congreso de la unidad, de la hegemonía y de los aires de renovación tuvo un momento álgido para los socialistas jiennenses. Cierto es que también estaba escrito en el guion el premio de la iliturgitana Micaela Navarro con el honorífico cargo de presidenta. La caída libre que sufrió de las quinielas en el proceso de conformación del Gobierno de Andalucía encontró su recompensa en forma de rescate. Susana Díaz, que prometió a la dirección jiennense un puesto importante a cambio de la paz, saldó ayer su deuda. Todos contentos y exultantes. La presidenta de la Junta devolvió a esta tierra de olivos el lugar que le corresponde y los socialistas de Jaén cayeron rendidos al “susanismo”.
Hubo dos guiños más hacia una provincia que regresó de Granada más reforzada que nunca. La capital, una agrupación con problemas internos que no levanta cabeza, consiguió la Secretaría de Cooperación al Desarrollo en forma de aplauso e inyección de ánimo. Hay quienes interpretan la entrada de Manuel Fernández Palomino en la Comisión Ejecutiva Regional como un espaldarazo al esfuerzo como secretario general de los socialistas de la ciudad. Otros están convencidos de que la “palmadita en la espalda” llega en forma de puerta abierta hacia la presentación de su candidatura a la Alcaldía de Jaén. Son los mismos que piensan que la baezana Lola Marín, sobrina carnal del afamado Leocadio, resultó galardonada con una vocalía que le facilitará el impulso hacia las municipales. Buenos tiempos para la lírica en un partido tejido, ahora, por una costurera aventajada, experta en remendar lo irremendable y con ambiciones que provocan vértigo entre los suyos. Susana Díaz, con una demostrada capacidad para cerrar heridas, tiene por delante la ardua tarea de luchar para que las cicatrices queden borradas de la memoria de un partido nuevo.
En corto
Terminan los socialistas y empiezan los populares. Esto es como el cuento de nunca acabar. El congreso regional extraordinario del PSOE se despide con una sintonía de fondo que hace pensar que detrás viene otro que también promete. Es una melodía radicalmente diferente en cuanto a siglas y color político, pero tiene ciertas similitudes con el celebrado este fin de semana en Granada. La marcha de Juan Ignacio Zoido de la Presidencia del PP de Andalucía presagia la convocatoria de un congreso extraordinario para elegir sucesor. Jaén no está ni se le espera entre los candidatos que tienen alzada la mano para llegar los primeros.
Por Manuela Rosa @Atodapluma en Twitter