En busca del consenso

La dirección provincial que dirige Francisco Reyes anda en busca del diálogo para evitar nuevas fracturas internas. El problema es que no hay un candidato claro en los prolegómenos de unos comicios plagados de riesgos. Las heridas del pasado más reciente amenazan con esa sangre que tanto escandaliza. Hay que retrotraerse a las elecciones de 2011 para encontrar explicación a lo que a veces resulta inexplicable. Fue entonces cuando los socialistas sufrieron un descalabro integral en una ciudad en la que consiguieron gobernar, durante cuatro intensos años, gracias a un pacto con Izquierda Unida. Carmen Peñalver, la primera alcaldesa de Jaén, pasó del éxito al fracaso en un abrir y cerrar de ojos. Ocurrió que cuando las cosas iban bien, todos fueron a una, como Fuenteovejuna. Sin embargo, cuando empezaron a ir mal las fisuras empezaron a hacerse cada vez más visibles.
En este contexto se produjeron las dimisiones de más de la mitad de la agrupación municipal que ella dirigía y el relevo en una dirección cuyas riendas cayeron en manos de Manuel Fernández Palomino, precisamente concejal de Hacienda en la “era” del éxito. ¿Qué pasa ahora? Está claro. Toca abrir primarias y la oficialidad no tiene interés en celebrar algo que tanta división genera, mucho menos cuando las encuestas constituyen una seria amenaza. Solo hay que darse una vuelta por esas históricas hemerotecas del socialismo jiennense para comprobar el daño interno que ocasiona un proceso de democracia interna de tanto calado.
Lo “natural” es que sea el secretario general del PSOE de Jaén la persona que encabece candidatura, lo mismo que lo será Susana Díaz en Andalucía y Pedro Sánchez en España. Hay quienes dicen que, si no lo hace, tendrá que dar explicaciones a la militancia. Lo que ocurre es que hay otros aspirantes al bastón de mando que no están por la labor. Rafael Valdivielso y Fernando Calahorro son los más conocidos. Puede que haya alguno más. En cierto modo, solo se necesita el diez por ciento de los avales para ser el primero de la lista. Lo que trasciende es que, en las últimas semanas, se suceden las herméticas reuniones, con la mediación de Francisco Reyes, para intentar llegar a un acuerdo. Alguien tendrá que dar el paso de la cesión para acariciar el consenso. Lo más probable es que impere la paz después de tanta guerra política. Antes habrá que librar otra batalla. Quienes se mantuvieron y se mantienen al lado de Carmen Peñalver, conocidos ahora como los críticos con el aparato, tienen la sartén de las primarias por el mango. Ellos no están llamados a acudir a esas reuniones a puerta cerrada en busca del consenso perdido. Sin embargo, son militantes, con nombres y apellidos, que están dolidos porque se sienten apartados y parte de un pasado que ahora se hace más presente que nunca. Puede que la dirección provincial consiga una candidatura consensuada después de mucho hablar. Pero lo que también puede pasar es que los damnificados por aquella dura etapa de gestoras y dimisiones presenten a su propio candidato y siembren de nuevo el caos. La decisión no está tomada. A estas alturas de la “película”, les bastará con un porcentaje de abstención para curar sus heridas.

En corto
La máxima del PP es que habrá que esperar al 8 de noviembre para conocer quiénes serán los candidatos a las alcaldías. Sin embargo, ya hay nombres que se conocen. Algunos porque es “vox populi” en sus municipios y otros porque para eso están las redes sociales. El presidente de la segunda fuerza política de la provincia, José Enrique Fernández de Moya, anunció en su “perfil” de Facebook los aspirantes al bastón de mando de cinco ciudades. Los alcaldes de Andújar, Úbeda y Martos, Jesús Estrella, José Robles y Francisco Delgado, respectivamente, repetirán. Ángeles Isac y Marino Aguilera serán los candidatos en Linares y en Alcalá la Real.