El regreso de Micaela
Empezó en el movimiento vecinal de Andújar, se afilió al PSOE para intentar transformar la realidad cotidiana y, sin prisa pero sin pausa, llegó a la cima de la política. Supo ganarse la confianza del pueblo en el ejercicio de una actividad pública, dentro y fuera de su tierra, que hizo que sonara como ministra en el primer gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Fue “pieza” indispensable en el “puzle” de consejeros de la etapa dorada de Manuel Chaves, ocupó cargos relevantes en la ejecutiva federal y, además de convertirse en la guardiana de la igualdad entre hombres y mujeres, llegó a despuntar como una de las políticas mejor valoradas en las encuestas.

Micaela Navarro Garzón (Andújar, 1956) vuelve a estar en el candelero después de su sonora ausencia en la remodelación del último equipo de Gobierno diseñado por José Antonio Griñán. Quienes se mantienen cerca de ella saben que pasó momentos de especial dificultad por una decisión que la tuvo alejada de los focos. Una etapa dura de la que intenta salir, ahora, con los movimientos que la sitúan como protagonista en el campo de batalla del socialismo andaluz.
Su apoyo a la futura presidenta de la Junta resulta significativo en este verano atípico. No es asunto baladí el abrazo entre Micaela Navarro y Susana Díaz, dos mujeres de armas tomar que escenificaron sus diferencias en aquel congreso federal en el que la primera respaldó la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba y la segunda se convirtió en el principal aval de Carme Chacón. Hubo, incluso, quienes interpretaron la salida de la iliturgitana de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social como una “vendetta” del propio Griñán. Ovejas descarriadas en su ganado, ninguna.
Sin embargo, esas distancias que tanto dieron que hablar empiezan a acortarse en un escenario nuevo. El socialismo andaluz, que cosechó desde entonces un fuerte sector crítico en Jaén, no se puede permitir el lujo de estar partido en dos con la que está cayendo. Y la provincia tampoco puede jugar eternamente a ser el “patito feo”, el enemigo por antonomasia entre las ocho que componen Andalucía. Es el momento de normalizar una situación con una jugada maestra en la que todos ganan. La primera, Susana Díaz, que logrará sentarse en el trono del PSOE andaluz legitimada por los críticos. Y los segundos, los socialistas jiennenses, sobre todo quienes dirigen el partido, aquellos que estuvieron castigados con el silencio y que, a partir de ahora, tienen potestad para sentarse en la mesa camilla en la que se toman las grandes y pequeñas decisiones.
Septiembre está a la vuelta de la esquina. Será otro mes clave, el momento en el que se repartan las cartas. Se espera que, nada más tomar las riendas de la Junta, Susana Díaz empiece a componer un equipo de Gobierno con sello propio. Un grupo de andaluces sin reminiscencias judiciales en el que todos aseguran la presencia de Micaela Navarro. La iliturgitana está en la nueva hoja de ruta de Andalucía, pero en su entorno garantizan que su regreso depende de ella, más bien del estado de sus heridas. Su nombre suena cada vez con más fuerza, mientras se silencia el de Felipe López. Los foros políticos lo señalan como el perfecto consejero de Agricultura, pero queda autodescartado. Dormir fuera de su Alcalá natal fue motivo para dar calabazas tres veces a Gaspar Zarrías y otras dos a Manuel Chaves. Nadie lo hará cambiar.
En corto
Ella intentó, por todos los medios, que el cambio de Alcaldía que acordó hace dos años no llegara a materializarse. Sin embargo, fiel a su compromiso y en aras de garantizar la paz, la exalcaldesa marteña Custodia Martos (PA) cedió el bastón de mando a Francisco Delgado (PP), el 13 de julio, sin aspavientos. El traspaso de poderes supone todo un ejemplo para los municipios gobernados mediante un pacto entre partidos. Por el momento, el Ayuntamiento de Martos es como una balsa de aceite. Ambos, el máximo dirigente y la primera teniente de alcalde, comparten ideas y proyectos e, incluso, despacho. Lo nunca visto cuando es la política la que está de por medio.
Bloc de notas
-Jaén puede presumir de poseer en propiedad un edificio diseñado por Rafael Moneo, pero el alcalde, José Enrique Fernández de Moya, se tiene que conformar con ese apretón de manos que le dio el ministro Cristóbal Montoro en Madrid, el mismo que incumplió su promesa de viajar hasta la capital para visitar el antiguo Banco de España antes de que terminara 2012. Un edificio representativo que no resulta gratis para los jiennenses, sino que es cedido por el Gobierno a cambio de superficie contante y sonante en un sitio de expansión urbanística como es el Bulevar.
-Hay ocasiones en las que las prisas de la política hacen que sean los ciudadanos los que tengan que asumir las consecuencias. En este caso los trabajadores del Instituto Municipal de Empleo y Formación Empresarial. Estrenaron sede en el polígono de Los Olivares, pero sin aire acondicionado. El alcalde, José Enrique Fernández de Moya, la inauguró antes de tiempo.