El llanero solitario


Ni es guerrero ni persigue a una banda de forajidos. Es un luchador que busca servir a la ciudadanía a través de un arma llamada política. Lo hace en solitario, como el llanero del séptimo arte que llevó a los bandidos ante la Justicia. Juan Serrano Jódar recuperó el eslabón que la Izquierda Unida jiennense perdió en Sevilla y, después de un estreno que no quiere ni recordar, brilla con luz propia en el Parlamento de Andalucía.

09 mar 2014 / 23:00 H.

Este mes cumple dos años como único diputado de la coalición por la provincia de Jaén, una experiencia que supuso toda una revolución en su intensa trayectoria. El alcalde de Canena, acostumbrado a solucionar los problemas de sus vecinos a pie de calle y en lo que dura un instante, tuvo que aprender a trabajar en una Cámara en la que la vorágine legislativa ralentiza las soluciones. Más de doscientas iniciativas lo respaldan, a estas alturas de la “película”, como el “llanero solitario” más activo y prolífico. Para el álbum de las anécdotas quedará aquel primer día que, subido al atril, recibió palos dialécticos a diestro y siniestro. Le temblaron las piernas mucho más de lo que aún le tiemblan, porque este político del pueblo no termina de acomodarse en el escaño que le dio, precisamente, el pueblo.
En el ecuador de la legislatura, vive uno de esos capítulos que marcará un antes y un después en una historia que empezó a escribir en plena adolescencia. Todo comenzó con la herencia de una educación bordada por ideales de izquierdas. Se afilió al partido en 1977, y en 1985 debutó como concejal de la oposición. El estampador textil tuvo que esperar hasta 1999 para llegar al Gobierno. Fue gracias a un pacto con los socialistas. Entonces empezó una carrera imparable que lo aupó a la Alcaldía en las siguientes elecciones municipales. Ya no paró. Juan Serrano se convirtió en uno de los alcaldes más atípicos de la provincia. Ofreció las carteras más importantes del Ayuntamiento de Canena a los partidos de la oposición. Algo impensable. Su plan, además de beneficiar a su salud, favoreció a unas arcas municipales que no saben lo que significa la palabra endeudamiento. Un ejemplo. Su primer teniente de alcalde no era un compañero de Izquierda Unida, sino un contrincante del Partido Popular que le disputó las urnas. Admirable.
Juan Serrano consiguió, en 2011, lo que ningún alcalde de Jaén logró: la mayoría más amplia. Siete concejales de once. Izquierda Unida, partido al que se debe y por el que respira en política, vio en él a la persona más indicada para defenderse en el Parlamento. Él, enemigo de las disputas entre corrientes y contracorrientes, representaba el modelo en una coalición con graves tensiones internas. Hoy, dos años después de una decisión que le costó sudor y lágrimas, quienes lo auparon a Sevilla están convencidos de que el cambio de registro de alcalde a parlamentario fue todo un acierto. Lucha en solitario, pero la impresión es que lo acompaña un batallón.

En corto
No quiere ni oír hablar de las pró-  ximas elecciones municipales. Cree que hay cuestiones prioritarias en las que la coalición a la que representa en el Ayuntamiento de Jaén tiene ha de trabajar ahora. Si le preguntan, niega la existencia de fechas que marquen el calendario de Izquierda Unida. La portavoz del grupo municipal, Isabel Mateos, no tiene intención de repetir. Después de ocho años, cuatro como socia de gobierno y otros cuatro en la oposición, su intención es dejar la puerta abierta al relevo. No hay nombres previstos y, como suele ocurrir en esta organización política, serán los órganos asamblearios los encargados de elegir.

Bloc de notas
-No es habitual que un concejal del Ayuntamiento de Jaén se siente con un delegado de la Junta. Al menos en público y con micrófonos delante. Sin embargo, ocurrió la pasada semana. El edil de Urbanismo, Javier Márquez, y el responsable de Agricultura en la Administración andaluza, Julio Millán, se vieron las caras para hablar del Plan General de Ordenación Urbana. Hubo cordialidad, entendimiento y el necesario ánimo para agilizar un proyecto que se prolonga en el tiempo. Hay quienes ven en ambos perfiles similares, con las consabidas diferencias políticas que marcan sus “colores”. Otros auguran que serán protagonistas en un escenario diferente: el de las elecciones municipales. Si ocurre, que parece difícil, no será el planeamiento urbanístico el que los obligue a mirarse a los ojos.   

-Por cierto, que los movimientos entre los aspirantes a presentarse a las primarias del Partido Socialista en la capital empiezan a ser cada vez más visuales. El nerviosismo se palpa en el ambiente, aunque todo hace indicar que habrá que esperar a que terminen las elecciones europeas para ver cómo unos y otros se retratan fijando sus posiciones.