Bolas de cristal
Es difícil escuchar a un político hablar bien de las encuestas. Resulta habitual que los comentarios tiendan hacia la incredulidad, la desconfianza y la repetida sinopsis de la foto fija de un momento que nunca se volverá a repetir. Sin embargo, lo cierto es que existen, se contratan, se hacen y, si interesan, se difunden. Los expertos aseguran que a los dirigentes les gustan más que a los propios partidos. Suelen ser los alcaldes los verdaderos adictos a unos estudios que les permiten saber qué opina de ellos la gente, mucho más que los representantes de las organizaciones políticas.
Las consultoras encargadas de realizar las llamadas telefónicas, elaborar los cuestionarios y extraer los resultados reciben del contratante una pauta de lo que le interesa conocer. Algo así como el que va al médico para pedirle un diagnóstico favorable de su salud. Esa es la realidad. Las hay de todos los colores y, aunque no existe una fecha exacta en el calendario para tirar de ellas, lo cierto es que el nerviosismo del propio ambiente electoral invita a los políticos a romper la hucha para vislumbrar el futuro. La última que rula por San Clemente guarda, entre números, tablas y porcentajes, sorpresas agradables y menos agradables. Nadie quiere hablar de ella. La oficialidad se escuda en la privacidad de los asuntos internos, y la extraoficialidad poco acceso tiene a ese cajón cerrado con llave en el que se protegen los documentos del oro y el paño. Lo que ocurre es que, en esta manejable ciudad en la que el mundo es un pañuelo, hay jiennenses que, hace un mes y medio, atendieron la llamada de un encuestador y que, ahora, están deseosos de conocer la profundidad de los resultados. Son ellos los que pusieron migas en el camino y alumbraron la oscuridad de lo oculto.
En términos globales, el último sondeo del Partido Popular deja buen sabor de boca para el equipo que lleva las riendas del Ayuntamiento. A poco más de un año de la cita con las urnas, lo que trasciende es que los populares renuevan la mayoría absoluta que rescataron en 2011. Puede que rescindan uno o dos concejales, pero aún les queda “cintura” para dirigir en solitario una Administración con un agujero económico sin fondo. El panorama no mejora para los socialistas. O se mantienen en los diez ediles o pierden uno. Así de crudo. De su éxito o de su fracaso dependerá, a tenor de los datos, la recuperación de IU, que en las anteriores municipales estuvo a trescientos veinticinco votos de ganar su segundo “banquito”. UPyD, que ya apuntaba maneras hace tres años, recobra fuerza y, ahora más que nunca, tiene todas las “papeletas” para lograr representación en el Ayuntamiento de Jaén. Estos son los términos generales. Poca trascendencia tienen los específicos, quizá porque no interese que, a una distancia prudencial de las elecciones, se aireen las dudosas valoraciones ciudadanas. Lo que sí se conoce es que cuatro son los candidatos por los que preguntó el Partido Popular: José Enrique Fernández de Moya, Miguel Ángel García Anguita, Miguel Contreras y Francisco Javier Márquez. El primero atraviesa un periodo de reflexión sobre su continuidad después de que el “gozo” de marcharse a Sevilla de secretario regional cayera en un “pozo”. El segundo se quedó a las puertas del relevo en la presidencia provincial del partido y dicen que está “tocado”. El tercero puede ser un candidato políticamente correcto, pero sus raíces están en Bailén y hay compañeros de filas que por ahí no pasan. Y el cuarto, que rozó las mieles y los sinsabores de la Alcaldía y que ahora está desaparecido en combate, se coloca en excelente posición para suceder a José Enrique Fernández de Moya en el caso de que su partido y su familia lo inviten a abandonar.
Los populares se interesaron también por la opinión que tienen los jiennenses acerca de los socialistas Manuel Fernández, Julio Millán y Fernando Calahorro, pero excluyeron del listado a Rafael Valdivielso. Y de Izquierda Unida preguntaron por Isabel Mateos y, curiosamente, por José Luis Cano, otro desaparecido en combate que dejó buen recuerdo en su paso por el Ayuntamiento y que, ahora, regresa a las encuestas, esas auténticas bolas de cristal en las que pocos confían y nadie se atreve a romper.
En corto
Susana Díaz estará el viernes en Villacarrillo. Será la tercera visita a la provincia como presidenta de la Junta. Las dos primeras fueron a la capital, una para la apertura del curso universitario y otra para la celebración del cincuenta aniversario de la Aprompsi. Sin embargo, en ninguna se reunió con el alcalde, a pesar de las reiteradas peticiones de José Enrique Fernández de Moya. Hay quienes dicen que sigue las directrices que marca su partido para evitar encontrarse, frente a frente, con el también líder provincial del PP. Llueven las críticas a la presidenta porque, por no reunirse con el alcalde, se pierde un paseo por Jaén.
Bloc de notas
-El solar del APA III, en San Andrés, está llamado a continuar hasta arriba de jaramagos. Problemas de índole política, causados por la falta de entendimiento entre administraciones de diferente color, abocan a los residentes en el casco antiguo a continuar sin su merecido instituto. El acuerdo que la Junta y el Ayuntamiento escenificaron para construir el centro educativo en un lugar estratégico está hecho añicos, a tenor de los últimos dimes y diretes de unos y otros. La ciudadanía está harta de conflictos y exige soluciones. ¿Quién le pondrá el cascabel al gato?
-Su nombre es Sergio Rodríguez, es alcalde de Orcera y en su haber quedará haber puesto en orden las cuentas del Ayuntamiento más endeudado de Jaén. Pertenece al PSOE y todo apunta a que su proyección política no tendrá límites.
-Otro que se ve obligado a lidiar con las cuentas es el alcalde de Huesa, el popular Manuel Vilar. La Junta saldó su deuda con el Ayuntamiento y el máximo mandatario se vio salvado por la campana. A punto estuvo de recorrer todas las televisiones de España con un huelga de hambre.