Bin Laden, bye, bye
En la casa del rico la alegría dura más. Eso ha pasado tras la impactante noticia de la muerte de Bin Laden, responsable del atentado terrorista en Nueva York del 11 de septiembre, caído a manos del ejército de EE UU, donde los americanos han celebrado como merece tal noticia.
La democracia y las leyes de EE UU permiten llevar a cabo acciones militares contra el terrorismo, sobre todo, cuando éste y me refiero a Bin Laden había declarado la Guerra a ese país y a los aliados (entre los que nos encontramos, por cierto). Sería bueno recordar que en este nuestro país, tras el atentado terrorista del 11 de marzo, se consiguió detener, juzgar y encarcelar a los autores de la masacre (un ejemplo del Estado de Derecho), y sin ser reconocido por la casi mitad de la población española. ¡Una lástima! Y todavía seguimos echando sobre nosotros mismos cubetas de lodo a ver si enfangamos cualquier triunfo de la democracia y del estado de derecho. En este país en el que “yo tuerto por verte a ti ciego”, es el pan nuestro de cada día, se debería de aprender de la auténtica unidad nacional, y a no utilizar el terrorismo como arma arrojadiza, a reconocer y apoyar a sus gobiernos, sobre todo en la lucha contra el terror. No me imagino que habría ocurrido aquí, si el presidente de la Nación hubiese dado una noticia de ésta índole. O mejor dicho: sí me imagino qué hubiese pasado aquí. Ser demócrata y patriota lleva aparejado confiar en la Justicia y en los poderes públicos.
Ana Barberán es funcionaria