Barras de amor solidario que alimentan a cinco familias

Jesús Muñoz, un vecino de la capital jiennense, decidió, hace “unos cincos meses”, hacer borrón y cuenta y nueva en su vida y montó lo que, en principio, fue, tan solo, una frutería. La ubicación, la calle San Carlos, junto a la iglesia de Cristo Rey. Con el paso del tiempo ha ampliado la oferta de productos, y ha pasado a tener “un poco de todo”. Una tienda de alimentación en la que no falta el pan. Y, precisamente, este ha sido el origen de una campaña solidaria con la que la gente del barrio se vuelca. “Yo, antes servía género a otras tiendas. Una de ellas, La Trastienda, es de un amigo mío, Juan Carlos”, relata Muñoz. Los dos comparten una visión del mundo similar, en especial en lo que se refiere a ayudar a los que más lo necesitan. “Todos hemos pasado por momentos difíciles y, ahora que vamos mejor, decidimos que teníamos que hacer algo para echar una mano a los que estaban en una situación complicada”, explica el dueño de Comestibles El Molino.
El sistema que idearon es sencillo, y lleva por nombre “Pan Solidario”. Las personas que quieren colaborar, simplemente, compran una barra de pan que no se llevan: ese dinero se guarda para las familias que tanto Juan Carlos como Jesús tienen incluidas en este programa solidario. “Él tiene a cinco y yo, a otras cinco, a las que conocemos personalmente y a las que damos el dinero en mano”, asevera Muñoz. Con las cantidades recaudadas por los dos amigos sustentan no solo necesidades básicas de alimentación de estas personas, sino que también ayudan a pagar “la luz y el agua”.
“Son personas que están pendientes de desahucio o que ya han sido desahuciadas y viven con su madre o con su abuela”, detalla el jiennense. “Las estamos intentando ayudar en todo lo que podemos. Por ejemplo, si nos enteramos de que alguien necesita a un jardinero para hacerle un trabajo, avisamos a estas familias”, informa Muñoz, que se muestra satisfecho y tremendamente agradecido con la respuesta de la gente a la iniciativa. “Es impresionante cómo este barrio está colaborando. Gracias a ellos es posible”, valora el propietario de la tienda de alimentación. “Hay mayores que compran tres o cuatro barras de pan solidario y otras que, directamente, aportan dinero. Muchas han visto a las familias a las que ayudamos venir al establecimiento y han comprobado que realmente lo necesitan”, concluye Muñoz.

11 may 2014 / 22:00 H.