Baño de multitud
Bueno, pues tampoco ha estado tan mal como algunos dicen. Como baño de multitudes, han cumplido el objetivo. Pero para mí, que oficial y teóricamente soy católico, apostólico y romano, e intento llevar a la práctica aquello en lo que creo, no era necesario. Más aún con la que nos está cayendo en nuestro país. Más aún con la que nos está cayendo en el mundo.
Y más aún, cuando se trata de un líder espiritual —no voy a gastar espacio en criticar a la ciudad del Vaticano, como institución política y Estado como tal (debería ser otra cosa, menos esta)—. Líder espiritual para unos —muchos, menos de los esperados—, que hemos podido ver por cualquier medio de comunicación; pero no para todos los españoles, cuyos ciudadanos forman parte de un, nosotros sí, Estado, pero laico. No me parece recordar que con la visita del dalai Lama, se montara la que hace unos días hemos presenciado. Y lo que más me molesta es que algunos nos cuenten medias verdades, intentando hacernos ver lo que no es. Cosa que digo porque nos han contado que esta movida no iba a costar nada al ya paupérrimo erario público. Efectivamente, como cuestión privada que es la moral y el espíritu, han colaborado y donado no sé cuántos miles de euros fuertes empresas de nuestro país. Pero no es menos cierto, que estas empresas podrán desgravarse de estas donaciones entre el 40 y el 90% de las mismas. También los peregrinos, como personas físicas, podrán hacerlo entre el 30 y el 90%. Y de la misma manera, las donaciones realizadas a la Iglesia, ONGs, fundaciones y entidades sin fines lucrativos. Y algunas de las empresas que han colaborado, se permiten el lujo de donar, mientras presentan un ERE que afecta a unos 6.000 empleados. Hay más datos, unos a favor (ingresos por hostelería, transportes, imagen de nuestro país…) y otros, en contra (comida sobrante, jóvenes que no estuvieron en Cuatro Vientos…). Pero me interesa más la reflexión sobre la necesidad y conveniencia de esta JMJ, en el momento actual. Ni era justo, ni era necesario. Este mundo necesita más estar en el hasta las trancas: asociaciones, sindicatos, partidos… Más realidades concretas, críticos ante una sociedad de consumo, y ante las injusticias. Militantes por el hombre y la mujer que está a nuestro lado. Con sencillez y humildad. Con Esperanza y Alegría permanentes. Respeto profundamente y desde la fe a todos aquellos/as que asistieron. Y espero que esta nueva visita del Papa, marque un antes y un después en la Iglesia española. Y a partir de ahora, se vean las iglesias llenas, las parroquias sin falta de manos, los seminarios llenos de futuras vocaciones y las organizaciones misioneras y ONGs con el cartel de “no hay plazas”. Y todo hecho desde abajo y en lo profundo. El Jesús que me enseñaron no necesitaba, todas estas movidas. Y me da a mí, que si le diera por venir, se sentaría antes con los del 15-M, que con los de la JMJ.
Francisco José Campaña es maestro