Baeza cobija la esperanza de dos mil aspirantes

Villargordo es, junto con Molvízar (Granada), uno de los municipios andaluzas con mayor porcentaje de guardias civiles por población. No hay familia que, de manera directa o indirecta, no tenga algún allegado vinculado con el cuerpo, como reconocen algunos de los agentes que se congregaron en Baeza para examinar a los cerca de 2.000 aspirantes a entrar en la Academia. La previsión es que realizaran la prueba en la sede de la ciudad Patrimonio de la Humanidad 1.955 candidatos, pero el 20% no se presentó, una cifra similar a las convocatorias anteriores.

13 sep 2015 / 10:19 H.


Frente a los que no acudieron, algún que otro despistado que se equivocó de sede, como el caso de dos postulantes, uno de Cádiz y otro de Granada, que se confundieron. Y es que como la tradición manda que las pruebas de acceso a la Guardia Civil se realicen en Baeza, no pensaron que, este año, el número de sedes se ha triplicado hasta llegar a las 21 repartidas por toda la geografía española. Más allá del “madrugón” de salir a las dos desde tierras gaditanas, el aspirante pudo hacer el examen sin problema alguno. Era uno más de esos 32.479 opositores que aspiran a ocupar una de las 820 plazas convocadas para este año, 656 de ellas en la Academia de Baeza; un destino que los veteranos califican como el “soñado”. Esta vez, en la sede patrimonial solo se examinaron los 955 aspirantes jiennenses y los 960 de Córdoba. Y, aproximadamente, un 12 por ciento eran mujeres.
Mientras que padres, hermanos y parejas aprovecharon la mañana para conocer las excelencias turísticas de Baeza, los candidatos comenzaron la jornada con la prueba de ortografía, apenas 10 minutos para demostrar que son conocedores de la lengua de Cervantes. Justo después, y sin tiempo para descansar, se procedió a la de conocimiento, hora y media para acertar el centenar de preguntas, tipo test, sobre materias tan dispares como ciencias jurídicas, materias socioculturales o derecho. En total, 25 lecciones que los postulantes tuvieron que prepararse previamente. Por si alguien tenía la tentación de copiar, los evaluadores se aplicaron a fondo. Presentaron cuatro exámenes diferentes —con las mismas preguntas pero orden alterado—. La tercera prueba, idiomas. En este caso, los alumnos tuvieron 20 minutos para contestarla y, de ahí, al descanso. Fue pasadas las doce y media, más tarde de los previsto. El último “obstáculo” del día fue el psicotécnico, que consistió en la evaluación de la capacidad para adecuarse a la formación y al desempeño profesional. Cerca de las 3 de la tarde todo había acabado, de momento, porque los que superen este primero proceso tendrán que trasladarse hasta Valdemoro (Madrid)” para enfrentarse a las pruebas físicas y a la entrevista personal. Los opositores que aprueben se someterán a un ejercicio de resistencia —una carrera de un kilómetro de distancia—, otra de velocidad — de 50 metros—, una de natación, así como una prueba de fuerza, consistente en la realización de un número determinado de flexiones según el sexo. El último paso será la entrevista —para evaluar la idoneidad psíquica— y el reconocimiento médico, y de ahí saldrán los 820 afortunados que consigan hacerse un hueco y empezar a labrarse un futuro en la Guardia Civil. De estos, 656 lo harán en la Academia de Baeza, donde las clases comenzarán el 14 de octubre.
Una de las características de la convocatoria de este año es que se ha elevado la media de edad de los aspirantes. Es normal si se tiene en cuenta que también se ha subido el límite máximo de los que se podían presentar. Hasta el año pasado era obligatorio tener menos de 30 años, cifra que en esta edición asciende a los 40. Así, la media de edad de los candidatos es de 28,23, según los cálculos de la Guardia Civil.
Para facilitar la intendencia, el Ayuntamiento de Baeza organizó un dispositivo especial con la Policía Local. También estuvieron presentes los servicios sanitarios. El objetivo fue facilitar, en todo momento, la estancia de los aspirantes y de sus familiares, especialmente en lo que a control de tráfico y aparcamiento se refiere. Sobre este último aspecto y aunque las propias instalaciones de la academia “tienen capacidad suficiente” se habilitó, por si era necesario la zona de aparcamiento del recinto ferial, en el descampado aledaño. Y lo fue, porque, al final, estuvo lleno.
Antes de la llegada de los recortes como consecuencia de la crisis, la Academia de la Guardia Civil de Baeza contaba, anualmente, con entre 1.500 y 2.000 plazas. En algún momento se llegó a alcanzar, incluso, la cifra histórica de los 4.000. Sin embargo, la recesión provocó una drástica disminución hasta dejar las vacantes en poco más de 150, como ya ocurrió en el curso del año pasado.