Aventuras y desventuras
Son frecuentes los libros que recogen tanto historias como aventuras de personajes que han vivido gracias a la ayuda y a la generosidad de los demás.
Entre los más conocidos podemos resaltar el conocido libro del “Lazarillo de Tormes”. También Conan Doyle, en “Las aventuras de Sherlock Holmes” presenta el caso resuelto que lleva por título “El hombre del labio retorcido”, recoge la aventura de un periodista que por avalar una letra de cambio de un amigo se ve obligado a su pago.
La idea que se le ocurre para reunir el dinero es la de “solicitar” 15 días de vacaciones y dedicarse a pedir limosna en la City (en la ciudad), disfrazado.
En diez días había reunido el dinero y pagado la deuda. Tanto éxito encontró que decide dejar el periodismo para ganarse la vida pidiendo limosna, para ello se pinta la cara, inspira la mayor lástima posible, deja la gorra en el suelo y espera sentado a llenar sus bolsillos de monedas”. En Arabia Saudí, recientemente se ha detenido a un millonario árabe cuando pedía limosna, tenía más de 240.000 euros en cuentas bancarias, vivía con su familia en un piso de lujo, con todas las comodidades posibles y poseía un coche de alta gama. Probablemente, en la actualidad no falten historias como estas, incluso, algunas otras, tan reales y dramáticas, como el de tantas personas que se ven obligadas a hacerlo con violencia de sus “dueños”.
Entre los más conocidos podemos resaltar el conocido libro del “Lazarillo de Tormes”. También Conan Doyle, en “Las aventuras de Sherlock Holmes” presenta el caso resuelto que lleva por título “El hombre del labio retorcido”, recoge la aventura de un periodista que por avalar una letra de cambio de un amigo se ve obligado a su pago.
La idea que se le ocurre para reunir el dinero es la de “solicitar” 15 días de vacaciones y dedicarse a pedir limosna en la City (en la ciudad), disfrazado.
En diez días había reunido el dinero y pagado la deuda. Tanto éxito encontró que decide dejar el periodismo para ganarse la vida pidiendo limosna, para ello se pinta la cara, inspira la mayor lástima posible, deja la gorra en el suelo y espera sentado a llenar sus bolsillos de monedas”. En Arabia Saudí, recientemente se ha detenido a un millonario árabe cuando pedía limosna, tenía más de 240.000 euros en cuentas bancarias, vivía con su familia en un piso de lujo, con todas las comodidades posibles y poseía un coche de alta gama. Probablemente, en la actualidad no falten historias como estas, incluso, algunas otras, tan reales y dramáticas, como el de tantas personas que se ven obligadas a hacerlo con violencia de sus “dueños”.