Austeridad es crecimiento
Lorenzo Rueda / Desde Andújar. Que España está inmersa en una profunda recesión económica es una realidad que nadie pone en duda y en la que todo el mundo está de acuerdo. Lo que ya no está tan claro, y hay multitud de criterios, es en dar con la clave o con la receta mágica que nos devuelva la salud económica lo antes posible, porque, en caso contrario, el enfermo se nos muere. Mi querido profesor de Estadística García Barbancho nos ponía multitud de ejemplos y símiles entre la economía y la salud, como método muy sencillo y pedagógico de entender lo complicado de la ciencia económica. Así, por ejemplo, ante un problema de salud, usted va al médico y le expone su preocupación.
El doctor le emite su receta y se va tan contento a la farmacia a comprar su maravillosa medicina que le solucionará de inmediato el problema. Pero ¡sorpresa!, cuando usted se pone a leer el prospecto de la medicina resulta que tiene tantas contraindicaciones, o más, que beneficios para su salud. Ese es el problema, y eso es lo que ocurre exactamente en economía, ya que alguna medida que se adopte para luchar, por ejemplo, contra el paro, puede tener efectos muy negativos para la inflación. Por tanto, en economía, como en medicina, es fundamental definir con exactitud el tipo de dolencia que tiene el paciente y, una vez establecido con precisión el diagnóstico, recetar aquella medicina que tenga menos contraindicaciones para que la recuperación del enfermo sea cierta y duradera.
¿Cuál es el problema fundamental de la economía española? Básicamente, y para resumir, el principal problema de la economía española es el alto nivel de endeudamiento y, en segundo lugar, la falta de competitividad. Esta es la opinión de la mayoría de economistas de este país, y la mía propia. Centrándonos en el primero de los problemas, cuando hablo del alto nivel de endeudamiento me estoy refiriendo tanto a las administraciones públicas como a las empresas privadas y los particulares. El argumento básico que propugnan los defensores del incremento del gasto público y, por tanto, más endeudamiento, como medio para llegar al crecimiento económico es que el camino de la consolidación fiscal, es decir, no gastar más de lo que se ingresa, o sea, lo que todo el mundo entiende por austeridad, nos ha llevado a una grave recesión económica y a unos niveles insostenibles de desempleo. Pues bien, es justo todo lo contrario lo que ha ocurrido. Es el excesivo nivel de gasto público, financiado con un elevado nivel de deuda pública, lo que nos ha metido en el pozo en el que actualmente estamos. Nuestra economía no empeora a consecuencia de la austeridad sino por los excesos crediticios del pasado reciente; es por ello que, para los próximos años necesitamos gobiernos austeros. Entendiendo la austeridad como la capacidad de adaptar el gasto público a la capacidad real de pago del Estado, cosa que el actual Ministro de Hacienda aún no ha conseguido. Y esto que digo lo demuestro con un dato muy sencillo que desmantela la teoría de los defensores a ultranza del incremento del gasto público para salir de la crisis. España está actualmente gastando entre 90.000 y 100.000 millones de euros más de lo que ingresa. Esto supone un nivel de déficit público entre el 9 y el 10%, cantidad nada despreciable y, sin embargo, con este nivel de gasto no solamente no se crea empleo sino que se está destruyendo a marchas forzadas. ¿A qué nivel de endeudamiento habría que llegar, según los defensores del gasto, para comenzar a crear empleo, a un 15%, al 30% o al 50%? Y llegados a este punto, ¿quién financiaría ese brutal endeudamiento?, ¿a qué precio nos costaría esa financiación?, ¿cómo pagaríamos los intereses y la amortización de esa deuda? Insisto, la única salida es la austeridad, el ahorro y la inversión productiva. Las Administraciones Públicas tienen que disminuir los gastos y su endeudamiento y, por supuesto, hay que reducir los impuestos (cosa que el actual Gobierno no está haciendo); que las familias dispongan libremente con su dinero, si ahorrar o consumir, y que las empresas se encuentren menos oprimidas por la presión fiscal, con un mercado financiero más accesible al crédito.
Y para terminar, un ejemplo muy sencillo en materia de salud. Si una persona ha engordado en los últimos años a causa de ingerir cantidades ingentes de comida, ¿ustedes creen que la solución a sus problemas de salud es seguir aumentando la dosis de alimentos o ponerse a dieta y hacer ejercicio? Sin comentarios.