Aunque esconda su vara de medir, el PP sólo tiene una salida
Hay enroque doble del Partido Popular, no fuerza la salida del tesorero y senador pese a que la causa ya se encuentra siendo instruida por el Tribunal Supremo y tampoco retira de la escena política al presidente de la Generalitat Valenciana ahora que el Tribunal Superior de Justicia de Valencia ha decidió proseguir con la causa.
Aunque el PP esconda esa vara de medir por la que pide la dimisión de cualquier político socialista que es señalado con el dedo de alguien (sin llegar la Justicia a contemplarlo), ahora sólo tiene una salida, que no es otra que la de exigir la dimisión de Luis Bárcenas y Francisco Camps. Debió hacerlo hace tiempo, para demostrar, primero, que lucha, como dice, contra cualquier atisbo de corrupción de cualquier militante de su partido y segundo, para que se visualice por la sociedad española que no es extremadamente beligerante con las “pajas en ojo ajeno y no en las del ojo propio”. Todos los ciudadanos de este país tienen derecho a la presunción de inocencia, incluso aquellas personas que con el dedo acusador señala el Partido Popular sin atenerse a las consecuencias que sus acciones puedan tener en un Estado democrático y de Derecho. Ahora, bien, si estás en la antesala de un banquillo porque instancia judicial tras instancia judicial sigue abierto el proceso, ningún paño caliente vale, por mucho que la dirección actual, con Rajoy a la cabeza, quiera poner. Recordemos sólo un caso flagrante de la distinta vara de medir de los populares: Demetrio Madrid, presidente en los años ochenta de la Comunidad de Castilla y León, fue absuelto años después de dimitir porque la Justicia lo investigaba. Fue Aznar quién lo instigó hasta la dimisión y luego no le pidió perdón tras ser absuelto. Tampoco Baltasar Garzón, el juez que instruyó la causa y contra quien se dispararon todos los dardos envenenados por ello, recibirá seguramente súplicas de perdón de una parte de la clase política.