Aunque esconda su vara de medir, el PP sólo tiene una salida

Hay enroque doble del Partido Popular, no fuerza la salida del tesorero y senador pese a que la causa ya se encuentra siendo instruida por el Tribunal Supremo y tampoco retira de la escena política al presidente de la Generalitat Valenciana ahora que el Tribunal Superior de Justicia de Valencia ha decidió proseguir con la causa.

    07 jul 2009 / 10:10 H.

    Aunque el PP esconda esa vara de medir por la que pide la dimisión de cualquier político socialista que es señalado con el dedo de alguien (sin llegar la Justicia a contemplarlo), ahora sólo tiene una salida, que no es otra que la de exigir la dimisión de Luis Bárcenas y Francisco Camps. Debió hacerlo hace tiempo, para demostrar, primero, que lucha, como dice, contra cualquier atisbo de corrupción de cualquier militante de su partido y segundo, para que se visualice por la sociedad española que no es extremadamente beligerante con las “pajas en ojo ajeno y no en las del ojo propio”. Todos los ciudadanos de este país tienen derecho a la presunción de inocencia, incluso aquellas personas que con el dedo acusador señala el Partido Popular sin atenerse a las consecuencias que sus acciones puedan tener en un Estado democrático y de Derecho. Ahora, bien, si estás en la antesala de un banquillo porque instancia judicial tras instancia judicial sigue abierto el proceso, ningún paño caliente vale, por mucho que la dirección actual, con Rajoy a la cabeza, quiera poner. Recordemos sólo un caso flagrante de la distinta vara de medir de los populares: Demetrio Madrid, presidente en los años ochenta de la Comunidad de Castilla y León, fue absuelto años después de dimitir porque la Justicia lo investigaba. Fue Aznar quién lo instigó hasta la dimisión y luego no le pidió perdón tras ser absuelto. Tampoco Baltasar Garzón, el juez que instruyó la causa y contra quien se dispararon todos los dardos envenenados por ello, recibirá seguramente súplicas de perdón de una parte de la clase política.