ASUNCIÓN FERNÁNDEZ ROJAS "La crisis e internet han dañado mucho al sector"

MARÍA JOSÉ ORTEGA
Tiene una sonrisa casi inmortal. Le sale así de espontáneo, y es que Asunción Fernández es del tipo de persona que disfruta del viaje pero, sobre todo, del camino. Cuenta las “batallas” de su periplo con orgullo y no es para menos. Tiene dos tesoros irremplazables, sus hijos Tomás y Marta, un trabajo con el que disfruta y una actitud positiva ante la vida. Después de una larga trayectoria en el mundo del comercio aterrizó, hace ocho años, en la agencia Implant Viajes. Ella es quien prepara el camino y el destino de los aventureros, de los que necesitan descansar, de los enamorados y de los transeúntes sin motivos.

    21 ago 2011 / 10:46 H.

    —Con un panorama “bañado” por la crisis, ¿qué futuro le augura al sector de las agencias de viajes?
    —Yo siempre soy positiva. Tenemos que seguir luchando, se van muchos clientes pero siempre vuelven otros y, ahora, como punto positivo, la gente viaja más. En el futuro quedarán solo los que valgan, los más profesionales.
    —Desde hace varios años, internet “pisa fuerte” un terreno que, hasta entonces, era únicamente de las agencias, ¿cómo han afrontado esta competencia virtual?
    —Es cierto que, junto con la crisis, internet es otro de los factores que más daño han hecho a las agencias de viajes. Frente a esta competencia ofrecemos seguridad, damos la cara si surge algún percance. Nosotros también contamos con un servicio en la red, pero además tenemos la oficina, que siempre es un respaldo. Luego, en el caso de la compra de un vuelo por internet, el usuario tienen que reconfirmar el vuelo, es decir, tiene que llamar los días previos para comprobar si han existido o no modificaciones. Sin embargo, si reservas un viaje a través de una agencia, es el mismo agente quien controla las posibles modificaciones y avisa al cliente de los cambios. Otra ventaja de las agencias es que el agente te puede aconsejar sobre los lugares más recomendables para visitar. Hay gente que se mueve muy bien por internet y obtienen toda esa información en la red, pero no todo el mundo sabe manejarse y para eso estamos aquí. Además, cuando surgen percances como lo que ocurrió con los controladores aéreos, nosotros intermediamos y ayudamos a nuestros clientes a resolver cualquier problema. Luego, una de las falsas creencias es que la gente piensa que por organizar un viaje por la agencia le va a salir más caro, y nada más alejado de la realidad. Nosotros estamos aquí para luchar por el cliente no para ponérselo más caro. Damos el mismo o mejor servicio que el que se ofrece por internet.
    —¿Cuáles son los viajes más solicitados por los jiennenses?
    —Con la crisis los viajes más demandados son, sobre todo, por la costa y por Andalucía. Almería, Torremolinos o Benalmádena son los que destacan. Luego, fuera de España se demanda Europa, Roma, Londres, París o Praga, que se piden mucho, son los clásicos. Aunque el año pasado, Nueva York fue uno de los destinos “estrella”.
    — Como agente de viajes, ¿qué destino recomendaría?
    —Muchas veces me vienen pidiendo que les aconseje algo y lo primero que le pregunto es cuánto se quieren gastar. Luego depende de lo que busque la persona, si un viaje cultural, si diversión o relax. Para descansar recomendaría las Islas Seychelles, que es un lugar precioso, o la Riviera Maya o Punta Cana que son destinos accesibles, y son baratos teniendo en cuenta todo lo que incluyen. Por sectores, para la familia recomendaría la costa, para los recién casados un destino único, que supieran que no tienen mucha posibilidad de volver, para jubilados algo por las islas y para los adolescentes Ibiza.
    —Además de la crisis e internet, ¿qué problemas cree que se enfrentan, hoy en día, las agencias de viajes?
    —Bajo mi punto de vista, otro de los problemas del sector es que la gente, en vez de contratar un viaje a través de empresas jiennenses, de las agencias de viajes que hay en Jaén, que también mantienen un buen precio, lo que hacen es irse a otras empresas más grandes, sobre todo, alemanas. La gente piensa que no tenemos las mismas ofertas  y eso no es cierto. Lo que ocurre es que estas empresas tienen un desembolso publicitario al que nosotros no podemos acceder.
    —¿Qué consejos puede dar para conseguir un viaje económico?
    —Para planear un viaje que salga económico hay que hacerlo como mínimo con unos 4 meses de antelación. Ahora en diciembre están los de los barcos, que pagando 50 euros te reservan tu camarote y tienen un 10 por ciento de descuento. Esos viajes se realizan en verano pero desde navidades la gente ya comienza a reservarlos. Con las ventas anticipadas se pueden ahorrar hasta 400 o 300 euros, según el destino.
    —¿Algún viaje que sorprenda?
    —Uno de los destinos  más desconocidos y, sin embargo, muy bonito es Rumanía. A pesar de la “mala concepción” que se tienen sobre este sitio, la gente siempre regresa bastante contenta.
    —¿Cuál ha sido el destino más peculiar que le han pedido?
    —El destino más raro que me han pedido fue a Johannesburgo,  en el que además el señor me pidió una ruta para poder cazar. Iban con sus guías, con gente preparada para este tipo de turismo.
    —¿Y el viaje más “lujoso”?
    —La gente se ha llegado a gastar hasta 10.000 euros. Otra familia se gastó en un viaje 20.000 euros pero fue porque un hombre se lo quiso regalar a sus hijos. Luego es más habitual que se gasten unos 7.000 o 6.000 euros aproximadamente.
    —Ocho años en el sector dan lugar a muchas anécdotas, ¿alguna que recuerde?
    —Recuerdo que en mis comienzos, un cliente me pidió la reserva en un hotel, el caso es que había dos hoteles con el mismo nombre, uno en Torremolinos y otro en Cádiz. El cliente pensó que le había hecho la reserva en Cádiz y yo se la hice en Torremolinos. Cuando entró el señor y en el hotel le dijeron que no tenía reserva me llamó. En el momento le solucionamos la “papeleta”, además le regalamos otra noche de hotel.
    —Desempeñar su puesto requiere de ciertos conocimientos, al menos, geográficos. Sin experiencia en el sector,  ¿cómo fueron sus comienzos?
    —Al principio lo pasé fatal porque estaba acostumbrada, sobre todo, a vender en el sector textil y en una agencia de viajes es muy diferente. La gente  siempre quiere más por menos, y al cliente aunque le ofrezcas lo mejor, puede darse el caso que algo falle en el destino, por ejemplo, que no estén conformes con la habitación del hotel.  Muchos llaman quejándose de algo que puede que no esté en mis manos. Se necesita mucha paciencia, seguridad y un “saber estar”. Ahora disfruto mucho con lo que hago y no me veo trabajando en otro sitio.