Así sea

Desde Baeza. Antes de terminar este año, tachonado de sinsabores y penalidades, quisiera despedirme de todos ustedes, estimados lectores de este periódico, del que he colaborado durante mucho años, y espero seguir haciéndolo, puesto que ha sido una de mis banderas a la hora de expresar todos aquellos pareceres en los altares de la sagrada libertad de expresión, espejo bruñido que devuelve un fiel reflejo de lo que es, y no de las apariencias, lo acicalado, el término blando, eufemismos y sutilezas de orador viejo, y las artimañas de tratante de ganado.

    18 dic 2013 / 08:40 H.

    Depende de a quién se le pregunte, ha ido un año aciago, —para la inmensa mayoría—, o lucrativo para el especulador. Como dato curioso dicen que el número de ricos en España ha ascendido un 13%, ya saben eso del “río revuelto”. Pero para el españolito de a pie, que veía en el pasar de las horas y en el transcurrir del tiempo, un constante deterioro, un ataque a la calidad de vida, y una erosión persistente e irreversible a la dignidad de la persona, ha sido un mazazo sufrido en su economía, quintaesencia del estómago y bajamar de la moral. Señores, el daño continuado, en este aspecto, implica incuestionablemente, un serio retroceso. Son hechos que no se pueden maquillar, pues muchas personas este año, han formado parte de la lista de pobres, que tenían que recibir ayuda de una u otra índole. Ahí están los informes de Cáritas. ¿Cuándo brillara la palabra todos en su máximo esplendor, frente al minúsculo y egoista concepto del yo que prevalece, atomiza y divide? Desterremos eso de: “gracias a nosotros y por culpa de los demás”. Cada uno asuma lo bueno y malo. Tenemos una sensación en el mañana como un tiempo mejor y prometedor. Que así sea. Ha sido un tiempo como dirían los psicólogos de resiliencia, definiéndose este concepto como la capacidad de la persona a sobreponerse ante la adversidad y a todo tipo de contrariedad. Venía a decir Piaget que “La inteligencia es adaptación”. Y es cierto, pero no es acomodo, conformismo, derrotismo y abandono. Hagamos caso asimismo de ese tópico literario de la Vita-Militia o la vida como lucha. Fomentemos la Cultura como forma de Capital. Feliz Navidad, amigos y Feliz Año 2014. Haya prosperidad, paz, trabajo, conmiseración, justicia y solidaridad.
    Miguel Ángel López Hernández