Artesanos del barro que mantienen viva la tradición y ensalzan la cultura del olivar

Oficio noble y bizarro, entre todos el primero. En el oficio del barro, Dios fue el primer alfarero, y en el hombre su primer cacharro”. Esta es una de las primeras frases que llaman la atención del visitante nada más entrar a “La Casa del Artesano” de Bailén, taller que se ha convertido en un referente de la alfarería local gracias al constante e intenso esfuerzo de Paco Sáez y Domingo Quesada. Reconocidos por sus trabajos, que han llegado a todos los rincones de la provincia y fuera de ella, estos artesanos del barro han conseguido dar forma con sus manos a todo lo que se proponen.

02 jun 2015 / 14:50 H.

En su taller de alfarería, y museo a la vez, se pueden conocer muchos de los trabajos que han firmado a lo largo de las dos últimas décadas, desde que pusieron en marcha este singular negocio y guardián de la tradición. Piezas de alfarería y obras de arte que decenas de visitantes visitan a diario. De hecho, abren sus puertas a grupos escolares y colectivos sociales para mostrar de cerca su labor y el trabajo en el torno. Dicen que su obra, es parte de su alma.
aceituna. Entre sus muchos trabajos destacan varias colecciones y, especialmente, una exposición de la recolección de la aceituna, que cuenta con 24 escenas en las que, con todo lujo de detalle, reflejan el proceso. La primera obra de esta tradición contada en barro comienza con el hoyo, en el que crece el olivo con el paso de los años. También reflejan todas las labores que se le realizan en un olivar, para mimar el árbol y lograr el fruto de mayor calidad. Y, como no podía ser de otra manera, finalizan con la recolección de la aceituna y su molturación para obtener el aceite para su comercialización.
“Estamos en el centro de la provincia y siendo el olivar lo que ha dado de comer a muchas familias antiguamente, nos surgió la idea de hacer todo el proceso de la recogida de la aceituna” explica Paco Sáez. Esta exposición fue elaborada en 2005 y reproduce todo el proceso de la recolección de la aceituna, tal y como era a mediados del siglo pasado. “Refleja todo lo el proceso, es muy bonito y tenemos muchísimas visitas de personas que salen asombrados al conocerlo”, explica Paco Sáez. De igual forma, otra de las exposiciones que se encuentra en la Casa del Artesano es la del proceso de la alfarería o la de los alcaldes bailenenses de la democracia, colecciones que se unen a trabajos más comerciales como esculturas, murales, trofeos e, incluso, imaginería.
“Tenemos en convencimiento de que tenemos una deuda moral, no solo con nuestros antepasados, sino también con las generaciones más jóvenes que tienen el derecho y también el deber de saber cómo ha evolucionado la tradición alfarería en los últimos cincuenta años, y así, despertar en ellos el interés la sensibilidad por este maravilloso oficio tan nuestro”, explican. “Aunque si hemos tenido ofertas para comprarnos las exposiciones, si algún día las vendemos serán una réplica, ya que estas deberán seguir ocupando su sitio en el museo de La Casa del Artesano”, explica el artesano si se le plantea una posible venta de estas colecciones.
Natural de Villanueva de la Reina, Paco Sáez es hijo “adoptivo” de Bailén ya que lleva en este municipio 43 años, mientras que Domingo Quesada es linarense y llevan juntos ya quince años. Fue entonces cuando nació en la Carretera de Linares un lugar cuya parada es obligatoria para visitantes y referente de esta cultura, “La Casa del Artesano”.