Arte jiennense sobre las mejores pasarelas

Pepi Galera
La moda no es un arte, pero para dedicarse a ella hay que ser un artista”. Yves Saint-Laurent, el gran maestro de los modistos franceses de la segunda mitad del siglo XX, exponía con estas palabras, en su discurso de retirada del mundo de la alta costura, la relación nunca del todo bien definida entre dos disciplinas complementarias, con múltiples afinidades e influencias mutuas.

    07 nov 2010 / 10:40 H.

    Para el que se acerca al mundo de la moda, cuanto más cerca la ve, la conoce, más claro tiene que es una profesión o más bien, un estilo de vida en la que el arte tiene que correr por las venas. Diseñar no es hacer ropa. La moda es creación, hacer realidad lo que no existe . Y no todo el mundo sirve para ella. Jaén, una provincia aún joven, que se asoma casi con timidez a este universo, tiene unos cuantos de estos artistas. Aquí hay ocho ejemplos de ellos. No están todos los que son, pero sí son todos los que están. Desde los más jóvenes, que se están formando, dando sus primeros pasos y recogiendo sus frutos más tempranos; a los que, granito a granito, se han hecho un nombre con su trabajo y empeño diario desde la tierra del olivar.
    Si en algo coinciden todos ellos es la dificultad para hacerse hueco en él. Cientos de horas para hacer tangibles sus ideas y proyectar sus dibujos sobre telas; inversiones para enseñarlas sobre efímeras pasarelas y la titánica tarea de la distribución, para la que tocar, puerta por puerta, en las tiendas y boutiques, es uno de sus primeros pasos. La formación en diferentes escuelas de arte e institutos de moda y la participación en certámenes de diseño les da un pequeño empujón, que se convierte en definitivo cuando la suerte “sopla” a favor.
    Una de estas citas es Jaén Moda, que, además de la oferta comercial tanto provincial como nacional que se sube a su pasarela, acoge el Certamen de Diseño que apuesta por los creadores emergentes para promocionar  sus colecciones. Aun así, los profesionales de este sector lo tienen claro: no hay que encerrarse, por lo que luchan por salir a las grandes pasarelas de la moda a presentar sus propuestas. Es el deseo de casi todos ellos: hacerse un nombre y un hueco en el mercado. Mientras tanto, continúan creando sus pequeñas obras de arte con los más variados tejidos.