29 may 2014 / 22:00 H.
Arriola, sociólogo de almohada del PP, se ha referido a Podemos como un puñado de frikis. Lejos de considerarse un insulto o una descalificación, hay que estarle agradecido; al fin y al cabo está casado con una auténtica friki, Celia Villalobos, lo que le familiariza con el concepto. Esa señora que cuando sustituye a Posadas en la Presidencia de la Cámara la lía, o cuando tiene prisa y menosprecia y veja a su chofer en las puertas del Congreso para alegría de los zappings televisivos. Que haya dicho que todos los frikis confluyen en Madrid tampoco es nada degradante, baste ver donde pasan su tiempo él y su esposa. Desde el mismo día 26, se ha abierto la veda del escarnio en los medios de comunicación contra esta formación política. Escucharemos barbaridades varias de Podemos. Oiremos que son de extrema izquierda, colaboradores de Gobiernos Latinoamericanos; que carecen de programa, que son profesionales del escrache, que alientan a impedir desahucios, que estaban en el Movimiento 15-M, hasta que son de aspecto físico raro. Y cuanto más voceen y rebuznen, tertulianos y profesionales de la comunicación, más fuerte y amplio será el ámbito de los Círculos Podemos. No son conscientes que el uso de descalificativos hacia este movimiento político, no hace más que aumentar su fuerza. Ser de izquierdas es un orgullo. Estar con los desahuciados debe ser una necesidad humana. Apoyar a los desfavorecidos es un acto de nobleza. Así que gracias. Gracias Arriola por alentar, con tus palabras, una campaña de acoso y derribo que solo conducirá a hacer más fuerte al recién nacido. Podemos está demostrando a los ciudadanos que componen la mayoría social del Estado, que se pueden tejer redes de solidaridad, que la democracia puede ser real. Para su desgracia Podemos ha tenido un rédito electoral inesperado. Lo que usted ha venido a mostrar con sus palabras tiene nombre: miedo. Les ha entrado pánico a que el bipartidismo se desmorone cual castillo de arena bajo la lluvia de los sueños colectivos. Los neoliberales son enemigos de los sueños y más aún de los soñadores.