Arreglos dentro, abandono fuera
Como el que tiene una casa digna de un sultán, pero enclavada en un recibidor de pordioseros. Una de las terceras joyas de la corona de la capital del Santo Reino, el Palacio de Villardompardo, prepara con minuciosidad la apertura completa del conjunto artístico. Sin embargo, mientras las labores se afinan para dejar listo cada detalle por dentro, en el exterior, en la Plaza de Santa Luisa de Marillac, la fotografía es totalmente opuesta.
El espacio por el que deberán acceder los turistas una vez concluyan las obras presenta una estampa resultado de la dejadez. Como si alguien se hubiera confundido de diana o de tablao flamenco, los focos que irradiaban luz a los pies de la construcción son un amasijo de cristales.
Destrozos de elementos que se suman los efectos del tiempo en algunos de los trabajos ya finalizados. Entre los huecos de la valla que tapa la cubierta de cristal —desde la que los visitantes pueden apreciar los restos de la cúpula de los históricos baños—, los excrementos de aves y la basura se acumulan a sus anchas sin que a nadie le dé un pellizco.
En los aledaños del noble edificio, un recoleto patio es víctima, también, del abandono. Un olvidado rincón que está a la altura de la calle Cuna, entrada temporal por la que los visitantes acceden a las dependencias de los Baños Árabes.
terraza . Con la ilusión de quien espera la guinda del pastel. Los empresarios que presentaron sus proyectos al concurso de licitación del mirador-cafetería del Palacio de Villardompardo, sabrán en breve quien será el afortunado. “El plazo se cerró hace poco. Ya mismo sabremos quien se quedará con la concesión”, explica la diputada de Cultura, Antonia Olivares. Por otra parte, los requisitos detallados en el pliego de condiciones permitirán algún margen de maniobra al empresario. En este sentido, los horarios se podrán adaptar en función del “arte de negociante” que tenga el propietario. “En principio, el horario de apertura y cierre es el mismo que el del museo: de 9:00 a 22:00 horas, pero se contempla la opción de ampliarlos si se llega a un acuerdo”, aclara la representante provincial.
Con una vistas de ensueño, según relatan quien han podido conocer “in situ” la preciada terraza, los clientes podrán tomarse un café o un aperitivo en un descanso que sigue la misma línea del interior de los museos y los baños.
Paralelamente al proceso concursal del establecimiento, un grupo de especialistas ultima los detalles del Museo de Arte Naïf “Manuel Moral” y el de Artes y Costumbres Populares. “Todo está muy adelantado”, informa Antonia Olivares prudentemente, quien no se atreve a dar fechas. No obstante se atreve con una aclaración: “El proceso de adjudicación de la terraza no está ligado al de los trabajos en los museos”. De hecho, Olivares adelanta que, lo más seguro, es que las dependencias museísticas estén terminadas en primer lugar.
Una joya que se resiste a mostrarse con todo su esplendor.