Arquillos festeja con Enrique Ponce su nueva peña taurina
Arquillos era una fiesta. Los coches daban vueltas en torno a la carretera que va hacia Navas de San Juan, mientras que otros vecinos se dirigían a la sede social de la nueva Peña de Enrique Ponce. Cuando llegó el torero, todos se querían hacer una foto con él. El diestro acababa de terminar de un tentadero en su finca Cetrina —en Navas de San Juan—. Después de ponerse delante de tres vacas, tuvo claro que la rotura de su abductor —que sufrió en la Feria de la Vendimia de Nimes— lo dejaría fuera de México. No estará en Insurgentes este domingo, tal y como estaba anunciado. Sin duda, un desastre para la afición mexicana, ya que se han vendido miles de entradas para esta corrida. Sin embargo, el martes por la noche, El Condado tenía exclusividad sobre Enrique Ponce. Decenas de aficionados se agolparon en Arquillos para recibirlo después de constituir una nueva peña taurina, de la que será titular.
El alcalde, Miguel Ángel Manrique Peinado, salió a recibirlo. En cambio, en la calle ya se agolpaba una multitud que quería ver al torero. Entró a su peña y cortó la cinta inaugural acompañado de la presidenta de este nuevo círculo taurino, Ángela Conejero. Precisamente, esta le dedicó unas palabras en las que le agradecía que hubiera acudido a su sede y ensalzaba su trayectoria taurina y, también, su labor social. La gente de Jaén no se olvida que Enrique Ponce es un torero que siempre acude a las causas solidarias, como ocurre, cada año, con el Festival Taurino Contra el Cáncer, que organiza en la capital.
Los peñistas estaban radiantes, ya que la primera tertulia que se organizaba en la sede tenía como protagonista a Enrique Ponce. El torero habló de sus inicios y de sus vivencias en El Condado, de faenas y tardes que le han marcado, reflexionó sobre la evolución de la tauromaquia, abordó los cambios en la forma de torear y en el propio toro durante sus 25 años de alternativa y defendió el valor del toreo para crear belleza. “Solo así se convierte en un arte”, dijo.
Estuvo acompañado por Juan Ruiz Palomares, su apoderado desde hace 33 años; por su hermano Álvaro Ponce, por ganaderos como Juan Collado, María Jesús Gualdas o Pedro Luis García La Rubia, y, sobre todo, por muchos aficionados. Cuando acabó su conferencia, atendió durante más de una hora a sus seguidores, que se le acercaban para hacerse fotografías o pedirle autógrafos. Fue la gran fiesta de Enrique Ponce.