Arde la chatarrería de Los Olivares

Aparatoso incendio en la chatarrería de Los Olivares. “Ha tenido que ser alguna rueda y el calor que estamos pasando, que va a hacer que salgamos todos ardiendo”, decía su propietario, José Soler, mientras que ponía todos los medios de la planta de reciclaje a disposición de los bomberos y los policías locales, nacionales y autonómicos que trabajaban para mantener la seguridad e impedir que se trasladara a otras naves del polígono.

30 jul 2015 / 09:09 H.


Llamas no se veían demasiadas, pero sí una enorme columna de humo que se divisaba, prácticamente, desde cualquier punto de la ciudad. Nacía de la parcela 27 de calle Espelúy, en el corazón del Polígono de Los Olivares —al lado de la ITV—. Recuperaciones Soler es una empresa arraigada en la capital. En su nave principal trabajan 20 personas, que se afanaban por colaborar para apagar el fuego de la montaña de chatarra. Además, cuenta con otras dos sedes, que están en Valencia y en Granada, que dan empleo a 10 personas más. “Calculamos que ha podido afectar a unas 200 toneladas de chatarra”, estimaba José Soler mientras que veía cómo los bomberos se afanaban para sofocar el incendio que se produjo.

A mediodía, estaba controlado y ya no se temía que se extendiera a las naves colindantes. Y a la una de la tarde, ya se daba casi por apagado, aunque con la salvedad de que había que controlar los hierros para evitar que se avivara. Los revestimientos de plástico que tenían algunos hierros fueron los que alimentaron las llamas y provocaron la gran columna de humo negro. Hubo empleados, como Miguel Romero, que trabajaron junto a los profesionales de la extinción para acabar con el fuego cuanto antes. Lo hizo con una gran grúa que no paraba de mover la chatarra para que el agua llegara hasta todas las llamas y rescoldos.

“Son cosas que te pueden suceder cuando tienes una actividad, pero resultan muy desagradables. Estás todo el día trabajando y aquí no se acuerdan de uno. Y encima te pasa esto”, afirmaba José Soler, que es el cuarto miembro de una generación de chatarreros jiennenses. Afortunadamente, lo de ayer se quedó en un susto que deja daños materiales dentro del recinto y otra exhibición de profesionalidad del Cuerpo de Bomberos.