Arde la casa del presunto pederasta
La Policía investiga las causas del incendio que calcinó ayer la vivienda de Antonio B. G., el presunto pederasta atrapado gracias a las cintas que le robó un vecino. El domicilio, que se encontraba vacío, sufrió importantes daños materiales. Hay que recordar que su propietario tuvo que abandonar la casa poco después de salir de prisión por las presiones y amenazas vecinales. Una llamada al 112 avisó de que salía humo por una de las ventanas del edificio, ubicado en el número 5 de la calle San Miguel, en La Magdalena. Los Bomberos se desplazaron con rapidez y sofocaron las llamas, que arrasaron todo el mobiliario existente en la primera planta. Avisada la Policía, los agentes comprobaron que una de las ventanas del segundo piso estaba abierta. Ahora se investigan las causas del incendio, aunque todo apunta a que la mano del hombre está detrás.

Hay que recordar que Antonio B. G., de 64 años, fue detenido a mediados del pasado mes de diciembre, acusado de abusar de menores. El arresto se produjo después de que alguien entregara de forma anónima a la Policía varias cintas en las que se le veía practicando sexo con adolescentes. Las grabaciones habían sido robadas por un vecino, Pedro de Dios, de 20 años, el 9 de diciembre. La Policía detuvo, entonces, a Antonio B. G., que fue enviado a prisión preventiva.
Sin embargo, a mediados de enero, el "buen ladrón" se entregó a la Comisaría. Admitió el robo de las cintas poco antes de que la Policía le pusiera las esposas y se justificó asegurando que fue la única forma de confirmar las sospechas de que su vecino era un pederasta. Sin embargo, con lo que no contaba el buen ladrón era que su confesión iba a anular las pruebas acumuladas por la Policía. El juez Antonio Valdivia no tuvo más remedio que dejar en libertad a Antonio B. G. ya que las cintas no tenían validez, al haber sido obtenidas de forma ilícita.
Cuando salió de prisión, el presunto pederasta regresó a su domicilio. Se encontró que la fachada estaba llena de pintadas intimidatorias. Cuando sus vecinos vieron luz en la vivienda, lo "invitaron" a que se marchara. Hubo amenazas y un ambiente muy hostil. La tensión fue tal que el hombre avisó a la Policía, que decidió llevárselo para evitar males mayores. Esa noche, Antonio B. G. durmió en la Comisaría. Después, se hospedó en una pensión y solo pudo regresar a su casa para recoger sus pertenencias con protección policial. A finales del pasado mes de enero, abandonó la ciudad y se marchó a residir a otra provincia andaluza, donde permanece desde entonces. Ayer, la vivienda en la que vivía en la capital jiennense salió ardiendo. Todo hace indicar que el incendio fue provocado.