Arafat y Prim

Desde ANDÚJAR. En un artículo de opinión publicado el 3 de noviembre de 2007, Martín Ferrán afirma que el decano de los abogados Pedrol Ríus, y luego el fiscal Eduardo Torres Dulce, dedicaron parte de su tiempo a investigar quién fuera el autor inmediato de la muerte de Prim. Se pensó en la propia reina Isabel II como inspiradora del magnicidio; en su cuñado el duque de Montpensier, en el jefe del Gobierno duque de la Torre y en los republicanos.

    01 dic 2012 / 09:53 H.

    Cualquiera de ellos tendría un móvil para el crimen. Galdós describe al detalle el atentado de la calle del Turco y las subsiguientes honras fúnebres (ritual masónico incluido) que coincidieron con la llegada a España de Amadeo de Saboya. Cinco años después de lo dicho por Martín Ferrán, es Federico Jiménez de los Santos quien el 19 de noviembre de 2012 (con referencia a un artículo de Pérez Abellán) afirma por boca de terceros que, contra lo que se cree, Prim murió por estrangulamiento a lazo cuando convalecía de las heridas de los trabucos. La perplejidad es una fruta que el tránsito por la historia nos depara a cada paso. Ahora topamos de frente (y en ello se ocupan las cabilas) con el sorpresivo (¿sorpresivo?) hallazgo de Polonio-210 en la ropa y utensilios personales de Yasir Arafat. Pues bien. Si hubo gente sospechosa de inspirar o de financiar y dirigir el asesinato de Prim, para el caso de la muerte del líder palestino, se encontrará, no ya a mucha, sino a una auténtica multitud. Y la verdad (si es que se sabe) se sabrá tarde o nunca. 
    JOSé MARíA RUIZ RELAÑO