Aprobado por mayoría el primer tratado de armas

La Asamblea General de la ONU por  abrumadora mayoría el primer tratado mundial sobre el comercio de  armas convencionales, en un histórico debate que concluyó con 154  votos a favor y la única oposición de Irán, Corea del Norte y Siria. El Tratado sobre Comercio de Armas (TCA) es de carácter vinculante  y se aprobó en la Asamblea General tras el fracaso de la  Conferencia de Naciones Unidas para el Tratado de Comercio de Armas,  que solo podía haber sacado adelante el texto por unanimidad.

    03 abr 2013 / 17:09 H.

      En la Conferencia, de la semana pasada, se opusieron al  acuerdo Irán, Corea del Norte y Siria, lo que obligó a la votación  del texto en la sesión de este martes. Finalmente, la resolución fue respaldada con 154 votos a favor, tres en contra y 23  abstenciones.
    El negocio del comercio de armas convencionales mueve cada año  70.000 millones de dólares. Ahora, con este tratado, se establecen  unas normas mínimas que afectarán al comercio de armas ligeras, pero  también al de carros de combate y navíos de guerra, y que vincularán  las entregas a criterios de Derechos Humanos, terrorismo y crimen  organizado. El texto no establece mecanismos de control y deja pendientes de  aclaración los criterios que delimitarán la compra-venta de armas,  pero su simple aprobación ya marca un hito en la transparencia de  este comercio a nivel global, tal como han querido hacer ver durante  el debate los países defensores del tratado.
    El embajador de Costa Rica, Eduardo Ulibarri, ha considerado la  votación de este martes una muestra de que la ONU sigue siendo una  “organización indispensable en el siglo XXI”.
    El Tratado sobre Comercio de Armas estará abierto a las firmas de  los países en junio y entrará definitivamente en vigor, tras siete  años de debates, una vez que 50 países lo hayan ratificado, lo que  previsiblemente ocurrirá a lo largo de este año.
    Al “no” de Corea del Norte, Siria e Irán se sumó la  abstención de 23 países, entre los que figuran China, Rusia y varios  de América Latina. Tanto el embajador ruso ante la ONU, Vitaly  Churkin, como el cubano, Rodolfo Reyes Rodríguez, han cuestionado la  supuesta “ambigüedad” del texto, que por ejemplo no aclara el  concepto de genocidio. Otra de las críticas planteadas por algunos países, entre otros  Siria y Nicaragua, es la posibilidad de que el nuevo tratado sea  utilizado como un instrumento de presión política contra gobiernos enemigos. Indonesia, Rusia y Siria también advirtieron de que existe un  vacío sobre el envío a actores no estatales, incluidos grupos  rebeldes. En este sentido, el representante sirio en la ONU, Bashar  Jaafari, criticó que muchos de los países que apoyaron el  tratado estén “suministrando todo tipo de armamento letal a grupos  terroristas” que operan en Siria, en alusión a los rebeldes  opositores que combaten desde hace dos años contra las fuerzas leales  al régimen de Bashar al Assad. Los países africanos, por su parte, votaron mayoritariamente a  favor con la esperanza de que el pacto sirva para mitigar la  filtración masiva de armamento en el continente más pobre del  planeta. Amnistía Internacional calificó de “momento histórico” la  aprobación por parte de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas del Tratado, puesto que gracias a este acuerdo, el  primero de este tipo que se alcanza a nivel global, podrá impedirse  “que lleguen armas a países donde se destinarán a cometer  atrocidades”.