Antonio Maíllo tiene tarea
Está al tanto de lo que ocurre en las ocho provincias de la comunidad y conoce a la perfección el estado de salud de su partido en todo el territorio andaluz. Es un hombre de los de la izquierda de toda la vida, acostumbrado a trabajar en la sombra y con un trabajo que brilla a la luz. Antonio Maíllo Cañadas sustituye a Diego Valderas en la dirección regional de una coalición que vive uno de sus momentos más dulces en Andalucía. De su labor y, sobre todo, de la gestión de esta fuerza política en el Gobierno de la Junta dependerá que continúe la buena racha de un partido que las tiene todas consigo en las encuestas.

Por el momento puede presumir de haber logrado la mayor unidad posible en una Izquierda Unida en la que es difícil la convergencia de la militancia. La asamblea regional, en la que salió respaldado por el 83% de los delegados con derecho a voto, y el posterior consejo andaluz, en el que solo hubo un 16% de abstenciones, son lo nunca visto en una coalición en la que la unanimidad suele ser la gran ausente.
Antonio Maíllo toma las riendas de la federación consciente de que en todas las provincias tiene tela que cortar. Sin embargo sabe que hay una que le quitará el sueño: Jaén. Los 38 delegados jiennenses acudieron a la cita de Bollullos con una división cantada entre las direcciones provincial y local. La provincial viajó con la firme intención de respaldar al candidato enraizado en la Sierra Sur y la local lo hizo con la pretensión de apoyar a la corriente alternativa, liderada por la sevillana Encarnación Milla. Los primeros regresaron contentos con el resultado y con 11 representantes en el consejo andaluz en la “maleta” y los segundos volvieron rebotados por la “discriminación” participativa de la minoría de las provincias y con las manos vacías.
Las encalladas diferencias en el seno de un partido resquebrajado desde hace años se escenificaron en tierra propia y, también, en la ajena. Si el prólogo de la cita asamblearia prometía, el epílogo no deja títere con cabeza. La dirección provincial, encabezada por Luis Segura, alaba el trabajo exigente y meticuloso del coordinador regional y ve trascendental el pacto de gobierno con los socialistas para frenar a los populares en Andalucía. La local, representada por Francisco Sánchez del Pino, reniega de la labor del flamante líder andaluz y considera clave para el futuro de la coalición salir pitando de la Administración de Griñán.
Antonio Maíllo tiene tarea en una provincia con una Izquierda Unida que no contabiliza ni los 2.000 militantes y que se caracteriza por un incrustado cráter que se abre por momentos. Una abertura que ya nadie intenta ocultar y que será misión imposible para un hombre que sabe idiomas pero que necesita mano izquierda y perseverancia para unir lo que pocos están dispuestos a unir.
En corto
El debate del Estado de la Ciudad se producirá, este viernes, en un pleno ordinario que llevará ese como uno de los puntos del orden del día. El equipo de Gobierno convocó a los grupos de la oposición con una semana de antelación y a través de un mensaje escrito al móvil de los portavoces. Las formas encendieron los ánimos de IU y el PSOE, pero también el fondo, porque no entienden que un asunto que ya tuvo su espacio de debate en el otoño se repita apenas ocho meses después. Interpretan, pues, la decisión como un arrebato político con doble intención: quedar por encima de la Diputación, que hizo lo propio la semana pasada, y “vender” la gestión de los dos últimos años.
Bloc de notas
-El secretario general del PSOE de Jaén, Francisco Reyes, ha comenzado una ronda de reuniones con las ejecutivas asentadas en poblaciones de más de veinte mil habitantes. El miércoles se celebró la de la capital. Asistieron miembros de la agrupación municipal y delegados de la Junta, porque uno de los asuntos del orden del día era debatir el trabajo de la Administración andaluza en la ciudad. Sin embargo, ningún concejal del Ayuntamiento de Jaén fue invitado a esta importante cita. Y eso causó enfado entre el grupo municipal socialista.
-Otra de reuniones, en este caso en Santa Isabel. Los vecinos, hartos de los dimes y diretes entre representantes políticos de diferentes partidos, organizaron una “encerrona” en la que consiguieron sentar sobre la mesa a concejales del PP y del PSOE para desbloquear la paralización del pabellón. Higinio Vilches y María del Mar Shaw desconocían que se iban a sentar en la misma mesa. Y, al final, hubo acuerdo.