Angélica Muñoz triunfa como ilustradora infantil
Una trayectoria fulgurante. La alcalaína Angélica Muñoz Álvarez triunfa como ilustradora en Huesca, lugar donde reside y trabaja como profesora de Dibujo en un instituto. Hace más de dos años comenzó con esta actividad, que le permite sacar partido a sus estudios de Bellas Artes. “Yo siempre pintaba y dibujaba. Después de un tiempo para centrarme en mis tareas como madre, en el año 2011 comencé a gestionar un ‘blog’, Mundo Calabaza”, explica la creadora.

El primer proyecto importante en el que trabajó fue la portada y casi todas las ilustraciones de una edición de los discursos del presidente de Estados Unidos Abraham Lincoln publicada por la Editorial Zumaque, perteneciente al alcalaíno Rafael Ceballos Atienza. El siguiente encargo de relevancia fue “Uga Maluga”, un libro dedicado a una niña africana inmigrante. Recibió el encargo del Centro de las Migraciones de Barbastro (Huesca), un proyecto en el que colaboraron la UNED y la Diputación oscense. Muñoz asumió igualmente la responsabilidad de redactar los textos, algo que le gusta, ya que dice que así ella misma se encarga de que la parte escrita y la visual se complementen a la perfección. El volumen sirvió para su utilización en centros de enseñanza aragoneses. Incluso, se hizo una unidad didáctica pensada para Infantil.
A raíz de la publicación de la obra, está prevista para octubre la celebración de un congreso sobre “Uga Maluga”. La artista manifiesta que el Centro de las Migraciones de Barbastro, que pretende mantener viva la memoria de España como país del que va y al que llega gente, se limitó a pedirle que elaborara un libro sobre este asunto. “Está dándome muchas satisfacciones”, aclara Angélica Muñoz, quien añade que ya trabaja en la segunda parte, en la que expondrá el origen de la pequeña subsahariana y por qué tuvo que abandonar su país. “Los niños preguntan dónde está su padre”, indica la alcalaína.
El tercer libro en el que participó Muñoz se titula “Caperucita es dentista”, una continuación del conocido cuento, repleto de notas de humor. De nuevo, la historia es una creación de la ilustradora, que sitúa a Caperucita, ya adulta, como una odontóloga que cuida la dentadura del lobo, que se ha convertido en su mejor amigo. Se trata de una propuesta en la que se fomentan la solidaridad, la amistad y la buena alimentación. En el interior hay un guiño a Alcalá, ya que en un paisaje se aprecia, a lo lejos, rodeada de olivos, la Fortaleza de la Mota. El público valora lo sugestivos que son los dibujos y el hecho de que, aunque se trate de libros infantiles, también son aptos para adultos, ya que tienen un mensaje nítido. La profesional, centrada en varios proyectos, alguno de ellos de la mano de Rafael Ceballos, imparte en Huesca cursos de pintura paisajística.