Ángeles de la guarda con uniforme
Rafael Abolafia/Jaén
Dos policías nacionales salvaron la vida a una mujer, de 51 años, que intentó suicidarse en el dormitorio de su propia casa. La víctima se encerró en la habitación y, tras consumir varias pastillas, se realizó un profundo corte en el antebrazo. Los agentes llegaron a tiempo y evitaron que muriera desangrada.
Dos policías nacionales salvaron la vida a una mujer, de 51 años, que intentó suicidarse en el dormitorio de su propia casa. La víctima se encerró en la habitación y, tras consumir varias pastillas, se realizó un profundo corte en el antebrazo. Los agentes llegaron a tiempo y evitaron que muriera desangrada.
Los hechos se produjeron en la tarde del domingo, alrededor de las seis y media. Una hija de la mujer llegó al domicilio, ubicado en la calle Los Romeros, en el barrio de San Ildefonso. Llamó al timbre y nadie le contestó. Cuando intentó abrir la puerta, comprobó que estaba atrancada desde el interior. Así que llamó a otros familiares que residen en el piso de arriba, porque su madre había intentado suicidarse en ocasiones anteriores.
De forma paralela, dieron aviso al 112, que puso en marcha todo el dispositivo. Al lugar de los hechos acudieron patrullas de la Policía Local y de la Policía Nacional. Lucas y José Manuel, dos agentes de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana de la Comisaría, estaban muy cerca del lugar y se personaron con rapidez. Cuando los agentes llegaron al inmueble, los familiares de la mujer habían conseguido entrar a la vivienda. Sin embargo, no podían acceder al dormitorio en el que se refugió la víctima. Ella había bloqueado la entrada con una cómoda. Finalmente, los funcionarios consiguieron acceder a esas dependencias. “Nos costó muchísimo trabajo y sabíamos que dentro pasaba algo malo”, aclara Lucas. Encontraron a la mujer tumbada en la cama, “con el colchón totalmente empapado en sangre”.
“Estaba sin conocimiento, porque había tomado varias pastillas y, después, se había hecho un corte en el antebrazo izquierdo”, relata Lucas. Lo que hicieron los policías fue taponar la herida de la mujer con un vendaje y evitar que se desangrara: “Estuvimos unos quince minutos así, esperando a que llegaran los médicos del 061”, añade el policía. Esa acción fue fundamental para salvar la vida de la víctima. Cuando el equipo sanitario se personó consiguió estabilizar a la mujer y trasladarla al hospital, donde se recupera de las heridas: “El corte que se hizo en el brazo era muy feo. Se veía hasta el hueso”, explica uno de los agentes que participó. “No había visto nada igual. La verdad es que impresiona muchísimo”, agrega.
Lucas y José Manuel, que llevan patrullando juntos algo más de un año en la capital, agradecen la ayuda de los policías locales y de los médicos del 061. “Entre todos conseguimos salvar la vida a esa mujer. Eso es para nosotros lo más importante”, dice este policía. Son dos “ángeles de la guarda” con uniforme.