Ángeles Agrela: “Intento crear confusión en mi obra”
—Ganadora del prestigioso XXX Premio BMW de Pintura, un reconocimiento que recibió de manos de la Reina Doña Sofía, ¿cómo se siente?
—Ahora mismo me siento muy contenta y afortunada, sobre todo al pensar que mi cuadro ha destacado por encima de tantos artistas que se han presentado. El trabajo de un artista casi siempre es muy solitario. Te pasas muchas horas metido en el estudio mientras haces algo que te apasiona y te obsesiona, pero nunca tienes muy claro si eso, después, va a interesar a los demás. Me alegra recibir este premio de un jurado de prestigio, porque eso significa que lo que hago también tiene sentido para más personas.
—Ahora mismo me siento muy contenta y afortunada, sobre todo al pensar que mi cuadro ha destacado por encima de tantos artistas que se han presentado. El trabajo de un artista casi siempre es muy solitario. Te pasas muchas horas metido en el estudio mientras haces algo que te apasiona y te obsesiona, pero nunca tienes muy claro si eso, después, va a interesar a los demás. Me alegra recibir este premio de un jurado de prestigio, porque eso significa que lo que hago también tiene sentido para más personas.
—El galardón le ha llegado gracias a su obra Retrato número 51. ¿Qué tiene de especial para usted?
—Esta obra pertenece a una serie muy amplia de retratos en los que trabajo desde hace más de dos años. Todos ellos recogen reflexiones sobre elementos como el cuerpo, la identidad, el disfraz, las máscaras y el deseo de mostrarte, pero a su vez camuflarte, el retrato, el tejido o la moda. En este caso se trata de dos figuras frontales en las que el pelo adquiere mucha importancia por su carácter simbólico y sus connotaciones culturales e históricas tan particulares. Esta única masa de pelo azul sustituye los rostros y los oculta a modo de máscara. La ambigüedad del sexo por la ropa y los rasgos de la cara me gusta, que nunca estén claras y que creen confusión.
—Artista multidisciplinar que trabaja con el tejido, el vídeo, la fotografía, la pintura, el dibujo y la obra gráfica. ¿Con qué técnica se siente más cómoda?
—Creo que pintando y dibujando me siento muy a gusto, porque es algo para lo que no necesito a nadie y cada vez creo que lo hago mejor.
—Sus trabajos siguen, normalmente, una línea argumental, dan paso a otro, como si fuera el siguiente episodio de una serie. ¿Cómo surgen sus creaciones?
—Nunca he tenido miedo ni a las disciplinas ni a que mi trabajo pareciese algo errático porque, aunque no lo quisiera, siempre terminaba interesándome en las mismas cosas, había un hilo conductor. Quiero decir que nunca tuve claro, cuando pintaba, el ultimo cuadro de una serie y empezaba la primera foto de otra, todo fluía.
—Veinticinco años en el mundo del arte, ¿hacia dónde camina Ángeles Agrela como artista?
—Mi trabajo siempre ha evolucionado de forma muy natural, pero no sin esfuerzo y tesón. La idea del artista que quiere fama y riqueza es una leyenda creada por la literatura y por el sistema del mercado del arte. Algunos habrá que sí, pero creo que la mayoría de nosotros seríamos felices si nos fuera posible mantener el trabajo en el estudio con total libertad a cambio de unas condiciones de vida razonables. La situación, ahora, es tan mala que algo así me parece un horizonte ideal.
—Ha expuesto en países de todo Europa y América. ¿En qué proyecto trabaja ahora?
—A corto plazo expongo, por tercera vez, en la Galería Aural de Alicante. Llevaré una muestra de estos retratos. También estaré en la Galería Fernando Pradilla.