Amor y otras drogas.-La droga más dura
Por Nuria López Priego
La cosa es así: chico guapo, encantador, de mirada irresistible y sonrisa que derrite y, evidentemente, mujeriego empedernido conoce a chica atractiva, algo enigmática y excéntrica, divertida, inteligente y apasionada y el picaflor se enamora 'por primera vez'en su vida. Pero —porque siempre tiene que haber un 'pero'—, en su felicidad, se interpone la incurable enfermedad de la amada: parkinson prematuro.
La cosa es así: chico guapo, encantador, de mirada irresistible y sonrisa que derrite y, evidentemente, mujeriego empedernido conoce a chica atractiva, algo enigmática y excéntrica, divertida, inteligente y apasionada y el picaflor se enamora 'por primera vez'en su vida. Pero —porque siempre tiene que haber un 'pero'—, en su felicidad, se interpone la incurable enfermedad de la amada: parkinson prematuro.
Este es el argumento de Amor y otras drogas. La historia no es insólita, aunque está basada en una historia real. Típicamente hollywoodiense, sigue el rastro de cualquier película protagonizada por Richard Gere, desde Pretty Woman a Otoño en Nueva York. Sin embargo, a pesar de sus topismos, Amor y otras drogas puede ser una raya en el agua en el mundo de las comedias románticas ramplonas a las que tan acostumbrados nos tiene la Meca del cine americano por dos motivos. En primer lugar, por un guion fluido e ingenioso en el 75% del metraje, por la crítica que representa contra el sistema sanitario norteamericano y, fundamentalmente, por la magnética pareja protagonista a la que dan vida Jake Gyllenhaal y la última presentadora de los Oscar, Anne Hathaway.
Trabajaron juntos por primera vez en la oscarizada Brokeback Mountain, de Ang Lee; dejaron huella, a pesar de la homosexualidad del personaje que interpretaba Gyllenhaal y, ahora, en Amor y otras drogas, enganchan con una pasión ficticia, que, sin embargo, resulta netamente creíble. El feeling de la pareja y su complicidad se salen de las dos dimensiones de la pantalla y dejan momentos divertidos que arrancan carcajadas y también tristes que pueden poner al espectador al borde de las lágrimas. Notablemente dirigida, otro de los alicientes de la película es una banda sonora, con tema principal de Billy Bragg. Con todo, lo mejor de Amor y otras drogas, es el verismo de la historia, y frases que cualquiera que se haya enamorado se puede aplicar. La principal, esta: “Conocemos a cientos de personas, que no nos dejan huella y, un día, conoces a una y te cambia la vida para siempre”.
Amor y otras drogas
Director: Edward Zwick
Protagonistas: Jake Gyllenhaal y Anne Hathaway