Alis redondea una velada dedicada al humor y a la música hechos en casa
Mezclar humor y música resulta. David Navarro se lo puso difícil a Alis, que subió al escenario con la responsabilidad de mantener al público, que ya se había deshecho en aplausos con el monologuista, divertido. Su música y pocos aderezos visuales le bastaron para dar lo que le pedían.
Era un público adulto, pero se rió como un niño con la agudeza terrenal del humorista de la Paramount Comedy y MTV —pero sobre todo de Jaén— David Navarro, que puso “pingando” la publicidad engañosa legal y a los “modernos” de Madrid —que solo le dejan utilizar la expresión “cuarto y mitad” porque es retro— y en tela de juicio la audacia de El último superviviente, a quien le gustaría ver desenvolverse en mitad de la capital, en pleno de mes de agosto a las cuatro de la tarde y sin agua. Los asistentes, menos receptivos al comienzo de su monólogo, le pidieron que no se fuera cuando empezaba a darlo por terminado y Navarro tuvo que cerrar el divertido discurso halagado por el público y encantado de compartir el escenario de Kharma con Lemür —artista invitado—, a quien deseó mucha suerte en su incipiente carrera musical, y Alis, que coronó la velada con un gran concierto que le sirvió para dar a conocer a la sala jiennense su último trabajo.
Pachi García lo hizo bien. Casi genial para un público que había acudido a la pequeña sala de conciertos —como a él le gustan— sin más ánimo que el de escuchar en directo las canciones transmutables e inspiradoras de sus cuatro trabajos de estudio. Pero se llevaron más: sus letras —eje indiscutible de lo que hace— en bandeja, diseccionadas con la ayuda de una música clara, actual y original y montajes de videoarte en el que se identificaban fragmentos de conocidas películas, como 2001 Una odisea en el Espacio o Up, con la que abrió el concierto. El medio de transporte del aventurero admirado por los protagonistas de la historia presentó la canción de apertura, Viaje en zeppelín.
La primera parte dl concierto estuvo dedicada a su nuevo disco, Material de disección, más relajado y reflexivo, quizás que los anteriores. Siguió con Telescopio, canción durante la que todos los ojos se fijaron sobre el theremin (instrumento que se toca sin tocarlo) del teclista, con ambientación de la película de Kubrick. Con la composición que da nombre al álbum se pusieron a bailar las pantallas. El sencillo del disco, El alumno oyente precedió el final de la primera parte, que cerró con Irritable.
Chaquetas fuera para recordar sucesos del pasado. Para no ir detrás, la exitosa Mínimo, Fuente del Chi o Tormentas, más conocidas para los asistentes, fueron coreadas. Dio paso a los bises un No me sueltes madurado para los conciertos con el que García cambia de registro vocal. Hubo tres canciones de propina, pero el baezano se marchó recordando: Sigo aquí. Nuria Fernández /Jaén