Algunos oficios antiguos en Mancha Real. Año 1875

José María Morillas Mediano desde Mancha Real. Siempre me han atraído los oficios artesanos de nuestros antepasados, he tratado de indagar sobre ellos, los de nuestros bisabuelos y tatarabuelos. Investigando el Padrón Municipal de Mancha Real de 1875 me he llevado gratas sorpresas al mismo tiempo que un sin- fín de calentamientos de cabeza y noches sin dormir al indagar el porqué hay continuidad en la herencia material (el dinero, el negocio, el local, las herramientas) e inmaterial (la sabiduría, la destreza que hay que tener para tener fama) de un oficio y el declive de otros que no tienen continuidad entre los descendientes del primer maestro (las hijas y nietas se dedicaban a las labores propias de su sexo, según el documento).

    16 oct 2013 / 11:05 H.

    Los oficios estaban distribuidos por calles; cada una de ellas se especializaba en un oficio. En la calle Maestra había 12 tabernas, en la calle la Cruz los utileros, en la calle Tosquilla los arrieros y traperos, en la calle la Parra los tratantes, en la calle Sancho los panaderos, en la calle San Francisco los zapateros, en la calle Tercia los de curtidor y tintorero, en la calle San Marcos, comerciantes, albardoneros y sastres, en la calle la Zambra los albañiles y en la calle Carnicería los abaceros y abogados. Había 4 posadas, dos en la calle Maestra y otras dos en la calle Zambra y en la de San Marcos. Había 132 propietarios de tierra que se concentraban en las calles San Francisco, Tercia, Carnicería, Maestra, Zambra y San Marcos, cerca de la iglesia. En el lado opuesto los jornaleros, 938 en total, distribuidos en las Calles la Parra, Tosquilla, San Francisco, la Cruz, y Sancho, lejos de la iglesia. De vez en cuando se declaraban huelgas de jornaleros que reivindicaban “la tierra para el que la trabaja”, ante la injusta distribución de la propiedad. En primer lugar, observo que hay oficios que tiene una continuidad con bastante éxito económico y que heredan de padres a hijos y después a nietos y otros que no hay tal continuidad dándose una cierta diversidad de oficios entre sus vástagos, heredando el hijo mayor el oficio del padre, abriéndose camino en otros menesteres el resto de la prole. El oficio que presenta una severa continuidad está el de hornero, es impresionante la familia Planet, tenemos a Pablo Planet Revuelta con 48 años de edad y su mujer María Quiteria Olmo con un horno en calle La Zambra, número 50 y tienen un hijo y 4 hijas. Otro hermano del anterior es Andrés Planet Revuelta con 36 años de edad casado con Juana Manuela García de 37 años que tienen un horno en la calle San Marcos, 41 y tiene dos hijos y dos hijas. Estos dos hornos de “pan cocer” han tenido continuidad hasta nuestros días. El horno de Pablo en la Calle Sancho (cerrado hace pocos años) y el de Andrés con continuidad exitosa en las Cañadas de Ánimas. El otro Planet es Juan Planet Cobo de 27 años casado con Juana Sánchez Cobo de 21 años tienen un horno en la calle La Parra, 62 y tienen un hijo, hoy sin continuidad. Otro horno con éxito ha sido el de Toribio, su fundador Toribio Gutiérrez Almagro de 26 años casado con Ana Molino Cobo con 22 años, viven en la calle Sancho 76 y tienen una hija (en ese año de 1875), este horno ha tenido continuidad hasta hace unos años. Para estas familias ha sido un negocio familiar muy notable: un horno de pan que surtía de todo tipo panes, madalenas, tortas de pringue de morcilla, hornazos, gusanillos, roscos de vino, mantecaos, con ese olor a navidad de horno de leña, tan primitivo e inconfundible. Relacionados con los horneros estaban los confiteros, el maestro confitero, Juan Antonio Porras Sequera, mi tatarabuelo, procedía de Santa Cruz de Mudela y casó con una mujer llamada Manuela Gracia Laguna, hija de un militar de carrera de Madrid. Puso una confitería en Mancha Real en Calle Maestra, más arriba de Tejidos Aparicio. La confitería la heredó su hijo Joaquín Porras Gracia y de este pasó a su hijo José Porras Guerrero. Esta confitería estuvo abierta hasta principios del siglo XX. Otro oficio de envergadura en Mancha Real es el de carpintero. Contamos con Cipriano Guerrero Arco de 42 años casado con Catalina Pulido Rodríguez de 43 años, tenían la carpintería en la calle Maestra, 22 y tenían un hijo y una hija. Esta carpintería ha tenido continuidad hasta nuestros días. Otro carpintero de fama era Facundo Bartolomé León Cobo de 42 años casado con Josefa Vela con la misma edad de su marido, vivían en calle Maestra 58 y tienen dos hijos y una hija. Otro hermano de Facundo era el carpintero Juan Miguel León Cobo de 30 años casado con Juana Espinosa de 27 años, sin hijos, vivían en la calle S. Marcos, 45. Han tenido continuidad exitosa hasta hace pocos años. Otros carpinteros sin continuidad han sido Ildefonso Martínez Guerrero, Ramón Porras Guerrero, Pedro Guerrero Porras y Manuel Fernández Jiménez. Los albañiles en Mancha Real han tenido fama de buenos artesanos, las construcciones de los tres muros de carga a base de tierra y cal con un metro de anchura, imposible que se caigan al suelo. Contamos con los hermanos Miguel, Antonio y José Guzmán González. O los hermanos Miguel y Antonio Guzmán Muñoz, primos hermanos de los anteriores. Y estos otros José y Tomás Pulido Martínez. Y por fin Cristóbal Linares Sánchez, que ha tenido continuidad hasta mediados del siglo XX, su biznieto es Juan Linares, maestro de escuela, ya jubilado. Cuando toda la familia se dedicaba a la profesión era buena seña, el oficio era rentable, cuando no era así los hermanos se dispersaban en otros oficios. Es el caso de mi bisabuelo José María Moreno Barrio, herrero, pero que no tuvo continuidad en ninguno de sus hijos. Los sastres tenían mucho trabajo en aquella época, aún no existía el Corte Inglés, pero veamos los sastres: Antonio Moreno Barrio, tío bisabuelo mío, hermano de mi bisabuelo José María, al no ser rentable la herrería se fue a buscarse la vida por otro camino. Los otros sastres los hermanos Pedro y Celedonio Martínez Guerrero que han tenido continuidad hasta hace varios años, creo que son la familia de Paquito Martínez, el sastre, pero no estoy seguro. Unos oficios totalmente perdidos son los de tintorero y el de curtidor; cuando venía a la casa un luto era costumbre tintar de negro toda la ropa para varios años. El tintorero de Mancha Real era Justo Fernández Jiménez, abuelo del cartero Justo Fernández Fuentes. Vino de Jodar, tenía 42 años, casado con Bibiana Ortega Pastrana de Jodar con 38 años, tenía un hijo y una hija, la tintorería estaba ubicada en la calle la Tercia, número 38. Vamos a terminar con los oficios de carnicero que se corresponde con el viudo Baltasar Olid Sánchez y su hijo Juan Olid Ruiz de 44 años casado con María Josefa Pérez de 40 años, viven en calle Carnicería, 75 y tienen 3 hijos y 4 hijas, Este negocio tiene continuidad en Francisco Pérez Olid que tiene una carnicería en la Plaza de Abastos con buena clientela. Y el otro oficio el de comerciante, tenemos a los Aparicios, El primero procede de Enguera (Valencia) llamado Manuel Aparicio Cabezas, de 52 años, casado con María Teresa Sánchez de 50 años de la misma localidad. Yerno de este Aparico tenemos a Vicente López Poveda de 28 años casado con Concepción Aparicio de 25 años de Enguera también. Este comercio ha tenido continuidad hasta hace unos 20 años, sus nietos y comerciantes Joaquín y Ramón Aparicio, fallecidos recientemente.