Algo más que apoyo aéreo
El avance del Estado Islámico (EI) continúa y lo que a priori era una medida “limpia” como el bombardeo aéreo al frente yihadista se antoja ahora más que insuficiente.
El avance radical tiene cercada a la ciudad kurda de Kobane y la comunidad internacional, presionada por Turquía y el resto de países “invadidos” por el régimen de terror religioso, exige una respuesta más enérgica. Estados Unidos ya advierte que ahora mismo las tropas en el terreno son insuficientes para frenar dicho avance, al igual que las milicias de apoyo que se están preparando. Llegados a este punto y dada la virulencia y medios armados de los que dispone el EI, financiado por la venta en el tráfico negro del petróleo, es momento de replantearse una respuesta internacional que garantice que no se invadan nuevas poblaciones y que determinados países comiencen a mover piezas a su libre albedrío. Que haya una hoja de ruta planteada por la propia comunidad internacional es una baza que al margen de legitimidad ofrece también una presión conjunta. Precisamente, el EI se ha aprovechado de la debilidad y conflictos de los países de la zona para avanzar y someter a las poblaciones que “conquista”. La posible llegada de tropas estadounidenses a la zona, junto al más que cerrado apoyo turco a la ofensiva, están cada vez más cerca. Por muy a largo plazo que se plantee la “reconquista” a los yihadistas, es necesario tomar medidas contundentes ya. Dotados de moderno armamento y financiación por robos y “donativos” la estructura del EI crece y con ella exponencialmente sus peligros. El liderazgo de Estados Unidos está claro, pero el papel de la OTAN debe ser más activo en una crisis que amenaza allí y aquí.