Alfonso Latorre "Lato".- "El intrusismo es el gran mal de los músicos profesionales"

Ignacio Frías / Jaén
Las consecuencias de la crisis económica y los avatares de la vida han propiciado que Alfonso Latorre, “Lato”, dé conciertos en solitario, aprovechando la demanda veraniega. Los lunes, martes y miércoles actúa en al Costa del Sol y los jueves, en la terraza del Restaurante Oliva Garden (antiguo Curvín) de Jaén. Forma parte de la cuarta generación de una larga y amplia familia de músicos de Torreperogil que parte de su bisabuelo, aunque él nació en Linares.

    18 ago 2012 / 08:19 H.

    —¿Dónde nace su interés por el saxo?
    —Yo vengo de una familia de músicos, que arranca en mi bisabuelo y hoy es una dinastía, ya que mi abuelo, mi padre, mis tíos, primos y sobrinos son músicos. Estudié en el Conservatorio de Linares y en el de Córdoba. Yo estudiaba clariente y descubrí el saxo en la segunda edición del Lagarto Rock.
    —¿Cómo sucedió ese encuentro?
    —Tenía catroce años y estudiaba el Grado Medio de clarinete. Una banda de Linares, los Excedentes —se llamaban así porque los cuatro eran excedentes de cupo y no hicieron la mili, yo sí la hice—necesitaban un saxofonista y me lo propusieron. Yo no tenía saxo, pero mi padre era saxofonista y le pedí el suyo. Hice la prueba con el grupo y entré. A los dos meses nos presentamos en el Lagarto Rock y lo ganamos.
    —Desde entonces ha llovido mucho, pero sigue en la brecha.
    —Como digo, tenía 14 años y, con los 15 recién cumplidos, grabamos el disco del premio en Madrid. Desde entonces he estado con diferentes formaciones y tengo cuarenta y ocho discos editados, dos de ellos en solitario. Mi carrera es muy dilatada, porque también toqué con orquestas y grupos como Chasis, Drakkar que son de Jaén y otros que tocaban estilos de música muy diferentes.
    —Su profesión es la música en todos sus órdenes. ¿Es fácil vivir de ella?
    —A mi me va bien y no me quejo. Soy autónomo. Eso me permite, durante el verano, actuar en diferentes locales. De lunes a miércoles toco en la costa, en hoteles a los que voy todos los años, el jueves en el Oliva Garden de Jaén y los fines de semana hago bodas, cenas privadas y otros acontecimientos sociales.
    —¿Cree que es buena fórmula la de tocar en solitario, sobre todo en tiempos de crisis como estos?
    —A mí me está yendo bien. Ya he estado con muchos grupos y con mucha gente. Durante el verano trabajo todos los días en diferentes locales. Pero ahora está la cosa muy mal. Por un lado estamos los autónomos y por otro hay gente que ve la posibilidad de sacar algo, decide dedicarse a esto y se ofrece más barato, y como los ayuntamientos están fritos y prefieren contratar El chocolatero. Esa competencia no la podemos soportar, porque los precios están cayendo en picado.
    —¿Cuál cree que es la fórmula para capear el temporal de la crisis?
    —No sé. A mí me está yendo muy bien.  Pero los músicos profesionales estamos sufriendo mucho el intrusismo, porque está haciendo polvo los precios. Ese es el gran problema.
    —¿Qué repertorio tiene?
    —Mi repertorio es muy variado. Toco de todo. Hago versiones de más de mil quinientas canciones y actúo sin partitura. También doy conciertos de flamenco o acompañando a grupos.
    —Realmente sorprenden sus registros.
    —Me gusta el flamenco. Estudié Flamenco y Jazz en la Escuela de Música Creativa de Madrid y he hecho dos giras en Taiwán con la compañía Esencia Andaluza. Hace años formé el Lato’s Quartet, el primer cuarteto de jazz que hubo en la provincia de Jaén. Pero mis registros son muy variados. Como digo, me gustan muchos estilos, desde el bolero, al pop o el “house”.
    —¿Cuando dice flamenco se refiere a acompañamiento con el saxo?
    —En el flamenco llevo los trece saxofones que tengo, aunque entre ellos solo hay cuatro de sonidos diistintos: barítono, tenor, alto y soprano. Pero realmente toco saxo tenor, saxo soprano, flauta travesera y también hago palmas y compás. He tocado con gente de Linares, de Jaén, de Jerez y con mucha gente flamenca de Andalucía.
    —¿Realmente, cuál es su especialidad, lo que más le gusta?
    —Suelo tocar música tranquila como baladas, boleros... pero, como digo, mi repertorio es muy amplio, con muchos registros. Mi currícuo  es bastante amplio.
    —Profesionalmente ¿cuál es su sueño en la música? ¿Qué le gustaría?
    —Ser solista, llevar la voz cantante, pero eso es algo muy complicado y ni me lo planteo. Ya vengo de vuelta de todo eso. También he grabado mucha música de estudio y me gusta seguir colaborando con cantantes y grupos. He grabado con mucha gente y si me contratan, hago de músico de estudio. Pero lo más importante es el reconocimiento del público y ver que disfruta de verdad.
    —¿Se ha planteado volver a formar parte de una orquesta?
    —Nunca se puede decir de esta agua no beberé, pero esa experiencia ya la viví. Fui dueño de tres orquestas y me arruiné. Ya he tenido bastante.