ALFONSI MARÍN GÁMEZ: “Siempre estrenamos en Jaén, la ciudad que nos vio nacer”
Juana Pastor Rama
No le queda mucho tiempo libre, pero se siente una privilegiada. Trabaja en lo que ha sido siempre su pasión: cantar. De carácter abierto, persona afable, mirada transparente, amiga de la perfección en su trabajo... es una delicia hablar con alguien que su voz es pura melodía. Nace en Quesada, aunque con sólo una semana de vida, viene a vivir a Jaén por motivos laborales de su padre.

No le queda mucho tiempo libre, pero se siente una privilegiada. Trabaja en lo que ha sido siempre su pasión: cantar. De carácter abierto, persona afable, mirada transparente, amiga de la perfección en su trabajo... es una delicia hablar con alguien que su voz es pura melodía. Nace en Quesada, aunque con sólo una semana de vida, viene a vivir a Jaén por motivos laborales de su padre.
Hija de José y Angelita, y hermana de José Ángel, que es profesor de Derecho en la Universidad de Jaén, y Francisco Javier, que es abogado. Durante el transcurso de sus estudios de canto, conoce a Javier, un leonés que se convirtió en su marido. Sus hijas son Natalia y Violeta, de las que habla con auténtica pasión.
—¿Cuándo nace su afición por la música?
—Tengo recuerdos de cantar, junto a mi hermano José Ángel, el famoso dúo de “La verbena de la Paloma” para las visitas, con tan sólo dos años. A los diez, empecé a tocar la bandurria en una rondalla, después vino mi querida guitarra —¡que aún está en activo!— y, durante mi adolescencia, cantaba en el coro de la parroquia de San Pedro Pascual.
—¿La música es tradición familiar o lo suyo es algo innato o pura vocación?
—Mis padres no son músicos, aunque siempre tuvieron gran afición. Mi madre cantaba, y muy bien, desde joven en el coro de la iglesia de Quesada; mi padre, en su juventud, fue un buen futbolista y el baile se le da bastante bien, tiene un gran sentido del ritmo. Ellos sí tuvieron sensibilidad para reconocer mis aptitudes hacia la música, cultivarlas, potenciarlas y llevarme para recibir clases desde muy pequeña. Más tarde, ya con dieciséis años, empecé a estudiar en el Conservatorio solfeo y piano, ya que aún no existía la especialidad de canto en el Conservatorio de Jaén. Durante mis estudios de Magisterio, formé parte de la coral de la escuela “Francisco Guerrero”, dirigida por Dulce y Pedro Jiménez Cavallé. Fue entonces cuando comencé mis estudios de canto en el Conservatorio de Jaén de la mano de María del Consuelo Santabárbara.
—Javier, su marido, ¿ha sido un importante pilar para usted en su carrera?
—Por supuesto. Él no estudió música, pero debió trasmitirle ese sentimiento su abuelo materno, un granadino que fue catedrático de violín en el Conservatorio de Oviedo, primer violín de la Orquesta del teatro Campoamor y premio Sarasate de violín. Su madre fue también una extraordinaria pianista. Con estos antecedentes, su apoyo es total, gracias a él puedo compatibilizar mi vida artística, profesional y familiar. He podido ampliar y perfeccionar mis estudios de canto e interpretación con maestros como Marian Brifdir, de la “Royal School of Music de Londres”, Noman Heinemman, Ana Luisa Choca, Jaime Aragall, Pedro Lavirgen y José Penella, entre otros.
—¿Sus hijas siguen sus carreras?
—Natalia y Violeta cantan y estudian piano y violonchelo, respectivamente, y me acompañan en muchas de mis actuaciones. Llevan la música en sus venas y en nuestra casa es el aire que respiramos.
—¿Cómo compagina su trabajo?
—Mi vida profesional y artística se ha caracterizado por estar a caballo entre la docencia y el escenario, comencé dando clases de música en distintos colegios: Andrés de Vandelvira, Guadalimar... Para mí ha sido un orgullo ver que, después de unos años, algunos de los niños que por primera vez iban a mis clases de música se han convertido en magníficos violinistas y pianistas.
—¿Recuerda alguna de sus actuaciones?
—Desde muy joven he tenido el privilegio de cantar como solista ante miles de personas en distintos congresos en muchos lugares de España, como Granada, Salamanca, Burgos y Madrid, y parte de Italia. Recuerdo el último especialmente, que fue en 2006, en un congreso en el Arena de Budapest, en Hungría, ante más de 9.000 personas.
—¿Qué ha significado para usted el grupo Xauen Lírica?
—He tenido la gran suerte de desarrollar mi faceta artística en una aventura que comencé junto a mis compañeros del Conservatorio, la soprano Gema García y el tenor Alberto Puig. Hemos hecho repertorio lírico muy amplio desde el Barroco, Ópera, Zarzuela, Oratorio, hasta llegar a la canción lírica española, con la que hemos hecho giras por Castilla-León y Andalucía para acercar este género a todos con conciertos muy didácticos.
—¿Recuerda alguno?
—Uno de los más emocionantes que vivimos fue el de Ópera y Zarzuela en el Centro Penitenciario de Jaén. Hemos cantado en homenajes a humanistas como Cesáreo Rodríguez Aguilera, poetas como José Viñals y pintores como Zabaleta. Ahora preparamos el del escultor Constantino Hunghetti. También hemos colaborado en infinidad de galas líricas a beneficios de ONG. Siempre nos ha atraído hacer espectáculos que unan varias disciplinas del arte.
—¿Cuándo se funda la Compañía Lírica Andaluza?
—En 2006 dimos un salto cualitativo y cuantitativo importante al formar nuestra propia compañía; pues es muy difícil llevar a cabo esta obra y, sobre todo, mantenerse, más aún como está la situación empresarial hoy por hoy. Es un sueño hecho realidad, nosotros seguimos apostando por la cultura y por la música. Somos una compañía lírica modesta que empieza y que intenta hacerse un hueco en el panorama musical con una gran ilusión y confianza en este proyecto.
—¿Alguna actuación próximamente de la Compañía Lírica Andaluza?
—Hasta el momento hemos puesto en escena con gran éxito de público por toda Andalucía títulos como “El barberillo de Lavapiés”, “Agua, azucarillos y aguardiente”, “Antología de la zarzuela” y el “Dúo de la Africana”, que estrenaremos el próximo 30 de mayo en el Nuevo Teatro Infanta Leonor. En esta nueva producción tenemos puesta una gran ilusión. Es una zarzuela muy divertida, trata de los avatares de una compañía de ópera a principios del siglo XX. Queremos que sea un homenaje a todas las personas que forman parte de una compañía de similares características, los entresijos de la compañía y las relaciones humanas entre bambalinas. Es para toda la familia, deseamos que las disfruten en su estreno todos los jiennenses en primicia, como siempre hemos hecho con nuestras producciones, estrenarlas en Jaén, la ciudad que nos vio nacer artísticamente y que siempre nos apoya.
—¿Ve proyección de futuro en el trabajo que realiza?
—En estos momentos, me dedico también a la pedagogía del canto y la técnica vocal. Trabajo desde hace diez años en la Escuela de Música Maestro Cebrián de Jaén y también en la escuela municipal de música “Manuel de la Rosa” de Mancha Real. Es muy alentador ver cómo cada vez hay más personas interesadas en mejorar su técnica vocal, ya se dediquen a cantar en corales, sean solistas de cualquier género, profesores o actores. En el canto, todo son beneficios.