Al servicio de lo público

El pasado domingo fallecía el gran economista José Barea Tejeiro. El profesor Pepe Barea, como le gustaban que le refirieran, ostentó cargos importantes en los diferentes gobiernos de este país

    09 sep 2014 / 09:43 H.

    desde los años cincuenta hasta finales de siglo, cuando sus encontronazos con el entonces Ministro Rato le hicieron dimitir como responsable de la oficina presupuestaria en 1998. Especialista en el análisis económico de los servicios públicos, cuestionaba los datos que mostraban balances saneados, y mantenía las grandes dificultades que tendríamos en el futuro  para sostener el sistema de pensiones, ante la pérdida progresiva de población. Para muchos, una verdad incómoda. Como diría otro economista, Jose Luis Sampedro, “sin libertad de pensamiento, la libertad de expresión no sirve de nada”. El profesor Barea fue un gran ejemplo de servidor de la función pública, que con su perfil técnico aportó las bases de lo que hoy consideramos como política presupuestaria, alejándose de etiquetas políticas que en ocasiones distorsionan la realidad. A él le debemos, en cierta medida, el cumplimiento de los criterios de convergencia con Maastricht que permitieron a España entrar en la Unión Europea, así como el aprendizaje de cómo controlar el déficit público manteniendo los servicios sociales. En una conferencia en Jaén, en mayo de 2002, escuché como insistía en que la Economía ha de estar al servicio de las personas. Por entonces trabajaba en su Cátedra de Economía Social de la Universidad Complutense. Y es que, en los principales avances que ha vivido nuestra nación, han participado economistas como el profesor Pepe Barea. Desde el plan de Estabilización del 59, hasta los pactos de Toledo, o las diferentes reformas fiscales y laborales que se han aplicado en las últimas décadas, siempre han estado presentes los economistas. El profesional de la economía no debe olvidar que esta es la ciencia que estudia la asignación eficiente de recursos escasos, y para ello debe conocer las verdaderas necesidades sociales que hay ahí afuera.