Al ritmo de ABBA

Si hay una banda europea de pop bailable que aún cautiva a las nuevas generaciones a pesar de haberse disuelto hace décadas, esa es Abba. El cuarteto escandinavo inspiró a la compañía Teatro Lírico Andaluz, conocida por sus espectáculos que recuperan lo mejor de la zarzuela y producciones líricas, para engalanarse de brillos y lentejuelas y dar nueva voz a esos temas de los 60 y primeros 80. Con el musical Abba hicieron un recorrido por las canciones más emblemáticas del mítico grupo de pop. Las prestigiosas voces y el ballet de la compañía transportaron al maravilloso mundo de Abba, un show que ya ha girado por España y el extranjero bajo la dirección artística de Pablo Prados y la coreografía de Aída Sánchez. Llegó  al Auditorio Fuentenueva de Canena de la mano del programa cultural del I Ciclo de Música y Danza Puerta de Loma, que dirige Teresa Vilches Villar.

31 may 2015 / 08:33 H.


Rodeados de la exultante naturaleza del Cerro Fuente Nueva y la brisa nocturna comenzó, con alegría, el espectáculo musical. “Señoras y  señores, nos encontramos tremendamente orgullosos de estar en esta bendita provincia para ofrecerles un concierto sobre el mítico grupo, una actuación que intentará involucrarles en la leyenda melódica de música disco y pop”, dijo el propio Pablo Prados a los más de doscientos asistentes. Entre canción y canción dio pinceladas sobre anécdotas que rodean el grupo. Y entre las palmas de los caneneros, las luces de colores, e incluso la luz de la luna que se divisaba sobre el fondo del auditorio, aparecieron sobre el escenario seis bailarines —cuatro chicas y dos chicos— que arrancaron con la canción Dame, Dame.  Voces, ritmo, coreografías y mucha música que vino de la mano de grandes y conocidos éxitos. “¿Quién no conoce Mamma mía, la canción grabada en 1975 que le dio nombre al exitoso musical?”, preguntó Prados al público. La decepción amorosa de una mujer —tema del que trata la canción— fue la segunda del repertorio de la noche. Como los “super trouper” que iluminaban el escenario  cantaron Marina Clio y Elisabeth Molet la conocida y homónima canción del grupo sueco. A continuación, los bailarines cautivaron al público con un clásico grabado en 1973 en Estocolmo y que décadas después se encuentra en todos los discos recopilatorios. Los años 80 se revivieron en Canena al ritmo de Honey, Honey,  y con el sencillo más vendido de América Latina, Chiquitita , cuyos beneficios —más de un millón de dólares—han ido destinados para Unicef. Las vocalistas de Teatro Lírico Andaluz continuaron la velada musical con ese gran éxito. Uno, otro y muchos más para bailar y sentir, de nuevo, las canciones del mítico grupo de pop, con un tributo, en el que además la compañía demostró por qué se encuentra entre las cinco primeras del panorama artístico.