Agradezco, pero...

Patricia Martín desde Jaén. El domingo pasado conocí a dos personas extraordinarias: A una alegre señora octogenaria y a un chaval de unos veinte años, deficiente mental en silla de ruedas, perfectamente bilingüe y simpatiquísimo. Gracias a Renfe. Concretamente, gracias a un retraso de tres horas y veinte minutos en el tren que cubre la línea Jaén-Madrid de la operadora pública. Me encuentro realmente agradecida a esta compañía por crear la situación en que conocí a estas personas, pero debo, por tratar de salvaguardar la dignidad de mis compañeros de viaje y la mía propia, expresar mi  descontento por las condiciones en que transcurrió aquel retraso ilógico a unos sesenta kilómetros de Jaén.

    24 jun 2013 / 15:17 H.

    A la desinformación acerca del problema que impedía seguir nuestra marcha se sumó la nula capacidad de reacción por parte de Renfe, y algún contratiempo más: desconexión de aire acondicionado (a 41 grados) y desconexión de máquina expendedora de bebidas (no hay cafetería). Y allí estábamos, encerrados, sudando y sedientos, las aproximadamente setenta personas que conformábamos el pasaje del tren, entre ellas, la alegre octogenaria, abanico en ristre y el chaval bilingüe.
    Tras tres horas, revisor y dos agentes de la Guardia Civil nos ayudaron a acomodarnos en otro tren: colocaron unas escalerillas sujetas a pulso entre las dos máquinas (la averiada, aún no sé de qué, y la sana), y no solamente hicieron temblar a la señora al bajarlas —hasta yo, una sana treintañera tuve mis reparos al descender—, sino que fueron a dar al traste con la silla de ruedas de mi nuevo amigo, yendo él encima de la misma.
    Y no pasó nada. Nada de nada. Nadie sufrió un infarto, nadie se desmayó. La silla de ruedas soportó el peso de su ocupante, que resultó ileso. Pero podría haber pasado. Y muy fácilmente. Y nadie se disculpó.
    Supriman líneas si quieren, pero mejoren las que decidan dejar. Mejórenlas al menos en la medida en que puedan dar un trato humano a sus usuarios. Que además, pagan sus sueldos.