Agradecimientos
Desde Jaén. Hace unos meses falleció mi padre en la residencia de mayores “Altos de Jontoya”. Su ingreso se realizó en unas condiciones físicas muy deterioradas y su estancia, por desgracia para todos los que le queríamos, fue solo de algo más de un mes. La elección de esta residencia la realizamos, por sus modernas instalaciones, por los servicios sanitarios, asistenciales y de rehabilitación que ofrecían; y principalmente por ser el titular de la gestión la Entidad Edad Dorada-Mensajeros de la Paz, de la que es fundador el Padre Ángel. Él, junto a los sacerdotes, colaboradores y voluntarios de la institución —Mensajeros de la Paz— vienen dando voz y ayuda a los pobres, parados, marginados, emigrantes, enfermos, niños, mayores y a todas las personas que necesitan paz, consuelo y amor. Un amor que han derramado a todos los trabajadores de la Residencia “Altos de Jontoya”: a su director Juan Cobo; al personal sanitario; a los trabajadores sociales y auxiliares; a los rehabilitadores; al personal de administración, recepción, cocina y limpieza; que hacen de su trabajo un ejemplo de convivencia y entrega a los mayores. ¡Cómo disfrutaban viéndolos cantar villancicos los días de Navidad! ¡Con cuánto cariño les entregaban los regalos de Reyes y que cara de ilusión ponían cuando los recibían! Por la paz que le habéis dado todos a mi padre los pocos días que estuvo con vosotros; gracias, muchas gracias. No quisiera finalizar estas líneas sin agradecerle al matrimonio formado por Rubén y Adriana, todos los cuidados dispensados a mi padre, por su compañía y atenciones. Saben que formaban y forman parte de nuestra familia y que nos tienen para lo que necesiten. A ellos también muchas gracias.
20 mar 2014 / 23:00 H.