Agradecimiento
Desde Jaén. Decían mis mayores que era de bien nacidos ser agradecidos, y eso es lo que yo trato de hacer de la mejor manera posible: dar las gracias. Me explico, el pasado 30 de mayo, y después de llevarlo conmigo durante treinta años, me extirparon un voluminoso lipoma o tumor de grasa en la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA) del Hospital Neurotraumatológico (antiguo Hospital Princesa de España).
Cada día que pasa me alegro más de haber tomado la decisión de someterme a esa intervención quirúrgica, porque los resultados no han podido ser mejores, puesto que la intervención fue rápida y mínimamente molesta, la cicatriz, a quince días de la intervención, es casi imperceptible y la convalecencia ha sido inexistente. Por todo eso quiero agradecer al equipo de personas que ese día trabajaban en la mencionada Unidad de CMA, dirigido por Miguel Ángel Madero, no solo su buen hacer a la vista de los resultados de su trabajo, sino también el exquisito trato que me dispensó. No puedo nombrarlos a todos porque no conozco el nombre de ninguno de ellos, pero, precisamente por eso, no quiero dejar que transcurra un día más sin dejar constancia de mi agradecimiento hacia todos. De manera particular, porque me atendió en más de una ocasión, puesto que desempeña la secretaria de la mencionada unidad de CMA, mi agradecimiento a Merche García, que tuvo la deferencia de acompañarme en los momentos previos y posteriores a la intervención dispensándome un trato más que excepcional. Gracias a todos ellos y ojalá que todas las veces que yo o cualquiera de los míos tengamos la necesidad de pasar por un hospital, volvamos a coincidir con personas y profesionales de la talla de los que, el pasado 30 de mayo, desempeñaban su tarea en la Unidad de CMA del Hospital Neurotraumatológico de Jaén.
María del Carmen Soto Hidalgo