África y su amenaza yihadista

El atentado y secuestro en el hotel Bamako, del que aún no hay un balance cerrado de víctimas, es un recordatorio de la presión que los grupos islamistas y, en concreto, la alargada sombra de Al Qaeda tiene el continente africano.
Aunque la intervención internacional en el país, sobre todo de Francia, permitió reducir a los yihadistas radicales y restar poder a unas células de Al Qaeda en el Magreb, éstas aún mantienen capacidad para cometer atentados de este tipo.  Precisamente, ayer el presidente Mariano Rajoy ofrecía el apoyo español para que las tropas francesas se centren en Siria y España pueda hacer la cobertura en terreno africano. Cabe recordar que tenemos presencia estable, por ejemplo, en Mali con un contingente de 110 militares, dentro de la misión que la Unión Europea tiene en la zona para dotar al ejército del país del entrenamiento para hacer frente a la amenaza yihadista. Un mandato que está refrendando además por Naciones Unidas. Cabe, en este sentido, establecer paralelismos con las intervenciones que Francia, Estados Unidos y Rusia realizan en Siria. Para no caer en viejos errores es fundamental contar con un apoyo de la ONU para una intervención que pretende debilitar los pilares económicos del Daesh. Otro asunto más difícil y a largo plazo será dotar a un país como Siria, hecho añicos por la guerra civil, de cierta tranquilidad política para afrontar cambios duraderos. Los equilibros de poder y los intereses comerciales en la zona la convirtieron en un polvorín. Los radicales no requieren de argumentos para atacar, pero de los errores también se debería aprender. Y las potencias occidentales y países como Arabia Saudí o Qatar deberían tomar nota.

    21 nov 2015 / 10:14 H.