Adiós sin traumas a la cementera de Torredonjimeno

En una complicada coyuntura económica como la actual, en la que los cierres de empresas son continuos y, en su mayoría, traumáticos por la falta de respeto absoluta a los derechos de los trabajadores, el caso de la cementera de Torredonjimeno se desarrolla dentro de unas pautas que deberían servir de ejemplo.

    16 mar 2009 / 11:41 H.

    Una vez asumido que el cierre no tiene ya marcha atrás, —aunque suponga un revés después de tantos años de actividad rentable en el municipio tosiriano—, hay que reconocer que el acuerdo alcanzado entre la multinacional y el comité de empresa para el cese definitivo de la actividad ha sido recibido con satisfacción plena por la mayoría de los ex empleados de la fábrica. Como ya es sabido, se contemplan casi cuarenta traslados a otras empresas de la firma, con ayudas de movilidad de 42.000 euros, una decena de prejubilaciones y una veintena que trabajará en las tareas de desmantelamiento de la planta y recuperación de la cantera de Jamilena. Con todo, para los trabajadores tanto de esta compañía como de las auxiliares que puedan quedar fuera del paraguas de este acuerdo, la Junta ya ha lanzado un claro mensaje de tranquilidad. Hay un plazo de dos años para solicitar ayudas y generar nuevas actividades productivas. La Administración andaluza se compromete de forma expresa para que los emprendedores sean capaces de crear su propio negocio, mediante la creación de un plan de naves industriales. De forma paralela, se ha anunciado que se buscan “grandes firmas” que sean capaces de plantear un nuevo proyecto empresarial para ocupar el hueco que ahora se genera pero, como es lógico, no se puede plantear como solución a corto plazo. Se trata, en suma, de poner sobre la mesa estímulos tanto para ex trabajadores como emprendedores de la zona, para que la marcha de Holcim se asuma con el mínimo de coste social y económico para el municipio.