Adiós a un cantautor que marcó la música andaluza

Los ojos de Antonio Mata enseñan un mundo de versos y de lágrimas; de violetas y de coplas que nacen de un pecho herido por astillas de sur, clavadas en carne viva. Su garganta es un manantial de imágenes: Albas y crepúsculos, lomas y barrancos, cuerpos desnudos y entrelazados que se agobian o tiritan entre la lumbre y el frío.

21 nov 2014 / 11:27 H.

Es un ser delicado, como si su espina dorsal fuera de la endeblez de un lirio pero, si su corazón se pone de pie y canta, es recio, sabio, profundo y está lleno de fuerza y de poesía como el tronco de un olivo”. Con estas palabras lo definía Antonio Oliver, en una de las entrevistas publicadas, durante décadas, en estas páginas de Diario JAÉN, a Antonio Mata, el cantautor de esta tierra que hizo historia desde Granada por su participación en la génesis de “Manifiesto Canción del Sur”. Su mundo de versos y su garganta se apagaron este miércoles, a los 67 años.

“Mi primera actuación la hice en el Estudio 5 de Radio Jaén, en un programa que presentaba Tomás Araque. En Granada, mientras circulaba por las facultades, ya cantaba y unos amigos me prepararon un recital en la Casa de América. Era el año 69. Un 13 de enero y canté trece canciones. Allí conocí al poeta Juan de Loxa y a Carlos Cano” . Era su primera actuación en directo y su primer éxito como autor e intérprete: “De ese encuentro con Carlos Cano y Juan de Loxa arrancó lo que luego sería un movimiento llamado “Manifiesto Canción del Sur”, relataba él mismo. Algunas de sus composiciones, como Yo soy del Sur, Andalucía, Gentes o Algún día se convirtieron en señas de identidad del grupo, que reivindicó dignidad, justicia y libertad para su tierra en los años finales del franquismo. La presentación pública de Manifiesto se produjo en el Aula Magna de la Facultad de Medicina de Granada, el 14 de febrero de 1969, y en ella intervienen Carlos Cano y Antonio Mata. A partir de entonces sus apariciones en directo se repiten, así como sus colaboraciones con Carlos Cano, dando como resultado varios temas compuestos conjuntamente entre ellos, Eso lo digo yo o Canción del arroyo seco. En 1977 grabó su primer disco en estudio, titulado Entre la lumbre y el frío.

También compuso para otros intérpretes, como Miguel Ríos. “Estuve encerrado en la casa de Miguel Ríos un año entero componiendo y haciendo las canciones que Miguel necesitaba”, recordaba.