20 dic 2009 / 10:44 H.
El acuerdo entre el Real Jaén y Aqualia para aplazar el pago de la cuantiosa deuda que mantiene el club con la empresa sirve, en primera instancia, para desbloquear las cuentas que por mandato judicial estaban paralizadas. Los 130.000 euros acumulados motivaron que la empresa de aguas llevara el caso a la Justicia para que embargaran las cuentas del club. La precaria situación económica del Real Jaén —agravada al no subir de categoría el equipo la pasada temporada— dinamita los planes de presente y futuro del equipo. La lógica angustia para gestionar las arcas del club no puede llevar, sin embargo, a la precipitación, a las presiones y salidas de tono de sus gestores. La importancia por la relevancia social de un club, que en el partido ante el Villarreal congregó a 15.000 jiennenses, no puede servir tampoco para el chantaje político o para recibir contraprestaciones de dudoso encaje. En este sentido, el propio Ayuntamiento tiene que ser cauto en las medidas de apoyo a un equipo, porque al margen de las comprensibles subvenciones por su importancia deportiva no cabe abrir la manga económica y condonar deudas contraídas por esta dirección o por anteriores mandatarios del club. En el caso concreto de los recibos del agua como en otros deben imperar el entendimiento y la cordura en las peticiones demandadas. Finalmente, al replantearse la forma de pago también se estudia por parte de la empresa el apoyo técnico necesario para recuperar el acuífero que existe en el Estadio de La Victoria y que permitiría no regar el césped del estadio con agua potable. El club tiene ahora que solventar el pago a los jugadores que lo denunciaron ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y pagar la nómina atrasada de noviembre. Nuevos frentes en los que el apoyo de la afición se antoja fundamental para que La Victoria apoye al equipo y a las vacías arcas del club.